miércoles, 7 de noviembre de 2012

EPISODIOS NACIONALES, Serie segunda: 5. 7 de julio, de Benito Pérez Galdós

Edición: Libro electrónico
Páginas: 150

Esta novela, la quinta de la Segunda Serie de los Episodios Nacionales: El reinado de Fernando VII,  la publicó Benito Pérez Galdós en 1876.

El 7 DE JULIO de 1822, fecha del levantamiento de los generales Riego y Ballesteros, quedó como fecha conmemorativa de un triunfo constitucional y popular que no sería tan duradero como pensaron los milicianos nacionales y los oradores de clubs y sociedades que celebraron su victoria sobre la conspiración urdida desde el propio Palacio. Episodio de fuerte intervención ciudadana localizado totalmente en Madrid, reúne las condiciones idóneas para que
Benito Pérez Galdós dibujara en él una estampa histórica llena de interés y vida que se entrevera con la peripecia novelesca que protagoniza en esta «Segunda serie» Salvador Monsalud.

Comienza así:

Parece que no ha pasado el tiempo. Todo está lo mismo. Ved la calle, la casa, los peces de colores nadando y revolviéndose con incesantes curvas en sus estanques; ved las jaulas de grillos colgadas en racimos a un lado y otro de la puerta; fijad la atención en la ventana de la escuela y oíd el rumor de moscardones que por ella sale. Nada ha cambiado, y D. Patricio Sarmiento, puntual e inmutable en su silla como el sol en el firmamento, esparce la luz de su sabiduría por todo el ámbito del aula

LEIDO por.... Andrés:

En contra de lo que aparece en la reseña de la novela, la misma que está en casi todas las ediciones digitales y que proviene de la edición de Alianza, el 7 de julio no fue la fecha  del levantamiento de los generales Riego y Ballesteros, sino que en esta fecha clave del trienio liberal ocurrió un hecho contrarrevolucionario. Corresponde al día en  que la guardia real se rebela desde el Pardo realizando un asalto contra la corte, siendo rechazada por la milicia nacional.  La acción transcurre, pues, en el Trienio Liberal.



Y de la mano del gran Galdós, con su espléndida prosa, seguimos la aventuras de Salvador Monsalud, de Urbano  Gil de la Cuadra y de su hija Soledad, por esos tiempos tan revueltos, de enfrentamientos fraticidas que durante tantísimos años asolaron España. 
 

 

Refinado cuando quiere, así nos relata un enfrentamiento en ese 7 de julio: “Se crean multitud de cardenales, aparecen rozaduras, magulladuras, protuberancias, y centenares de narices sangran enrojeciendo el suelo”, no olvida regarnos el relato con su fino humor:
  • la señora de Cordero y los borreguitos, que eran tres, si no miente la historia
  • Las patriotas, que eran género abundante en la calle Mayor, salían cargadas de confituras, vino, pasteles y cantidad de regalitos para obsequiar a los héroes
  • la palmeta se cubría de polvo en un rincón de la mesa” Manera sutil de describir los porcedimientos disciplinarios de las escuelas
  • "sabía ser pobre, cualidad rara en todos los tiempos"
  • "se encasquetó el sombrero con la presteza de un estudiante calavera"
  • "Bigote amarillo, como madejilla de hilos de oro pálido ornaba su boca no menos encarnada que una cereza, y sin aquel ligero emblema de su condición masculina, la cara del primo Anatolio habríase confundido con la de una asturianaza guapetona o mofletuda pasiega"

Algunas palabras o expresiones que me han gustado, han sido:
andar buscando el pelo al huevo
les ponía cual no digan dueñas
preopinante
¡Desgraciada sociedad la que desconoce el entusiasmo!

Palabras recuperadas:
cachivache

Palabras o expresiones que me han sorprendido:
militar de club


Mi cachico:

 
El comandante de la Milicia que mandaba en aquel punto a los cazadores sintió en su interior un estremecimiento terrible, una rápida sensación de frío, a que siguió súbito calor. Ideas ardorosas cruzaron por su mente; su corazón palpitaba con violencia; su pequeña nariz perdió el color; resbaláronsele por la nariz abajo los espejuelos de oro; apretó el sable en el puño; apretó los dientes, y alzándose sobre las puntas de los piececillos, hizo movimientos convulsivos, semejantes a los de un pollo que va a cantar; tendiéronsele las cuerdas del pescuezo; púsose como un pimiento, y gritó: 

-¡Viva la Constitución!... ¡Cazadores de la Milicia... a cargar! 

Era el nuevo Leónidas, D. Benigno Cordero. Impetuoso y ardiente se lanzó el primero, y tras él los cazadores atacaron a la bayoneta

Antes de dar este paso heroico, verdaderamente heroico, ¡qué horrible crisis conmovió el alma del pacífico comerciante! D. Benigno no había matado nunca un mosquito; don Benigno no era intrépido, ni siquiera valiente, en la acepción que se da vulgarmente a estas palabras. Mas era un hombre de honradez pura, esclavo de su dignidad, ferviente devoto del deber hasta el martirio callado y frío; poseía convicciones profundas; creía en la libertad y en su triunfo y excelencias, como en Dios y en sus atributos; era de los que creen en la absoluta necesidad de los grandes sacrificios personales para que triunfen las grandes ideas, y viendo llegado el momento de ofrecer víctimas, era también capaz de ofrecer su vida miserable. Era un alma fervorosa dentro de un cuerpo cobarde, pero obediente

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