martes, 21 de febrero de 2012

HHhH de Laurent Binet

Traducción: Adolfo García Ortega
Edición: 2011
Editorial:  Círculo de lectores
Páginas: 391

Esta novela de Laurent Binet se publicó en 2009.

HHhH. Tras este misterioso título se esconde la frase en alemán Himmlers Hirn heisst Heydrich, «el cerebro de Himmler se llama Heydrich». Esto es lo que se decía en las SS de Reinhard Heydrich, jefe de la Gestapo, considerado el hombre más peligroso del Tercer Reich y una de las figuras más enigmáticas del nazismo. En 1942, dos miembros de la Resistencia aterrizan en paracaídas en Praga con la misión de asesinarlo. Después del atentado, se refugian en una iglesia, donde, delatados por un traidor y acorralados por setecientos hombres de las SS, se suicidan.

Laurent Binet narra uno de los episodios más conmovedores de la Segunda Guerra Mundial y, posiblemente, de la Historia de la humanidad. Pero tras la narración de esta hazaña empieza otra lucha: la que enfrenta la ficción con la realidad. HHhH es el relato de la desesperada búsqueda de una forma precisa de contar la Historia. Para ello Binet lleva al lector hasta la tormenta de la Segunda Guerra Mundial, a Berlín, Londres y París, a la Praga actual, y en un giro literario de una fuerza inaudita, traslada el régimen nazi hasta el 2010.

LEIDO por.... Andrés:

Me atraía el tema del libro y las críticas eran sugerentes, prometían más que un libro de comandos basado en un hecho real. En particular, me animó mucho el artículo El carnicero de Praga  de Mario Vargas Llosa en El País.
Los heroes:  Kubis y Gabcik

Y verdaderamente es más que el típico libro sobre un hecho heróico de la II Guerra Mundial. Binet no solo narra lo referente al atentado contra R. Heydrich, sino también, a manera de una metanovela, lo referido a su gestación y escritura de la novela, sus dudas, sus razones para las distintas decisiones que tiene que tomar según va escribiéndola y mucho de lo que, como escritor de la novela, le acontece, intentando ser lo más real posible: “Yo digo que inventar un personaje para comprender unos hechos históricos es como falsificar las pruebas”. Al intercalar sus reflexiones y anécdotas como autor en ejercicio, aclara su forma de narrar y su verismo. Una novela sobre la aventura de la novela.

Como muestra, algunos botones:
  • Conversando con los lectores, “Después de todo, dirán ustedes, allí es donde está su objetivo y así han ganado tiempo
  • tomándonos un poco el pelo, “Con reflexiones como ésa es como se puede comprobar que ustedes no saben nada de la clandestinidad
  • No veo muy útil esta escena, incluso prácticamente me la he inventado, no creo que vaya a conservarla
  • prefiero contar un detalle inútil antes que correr el riesgo de que se me pase un detalle esencial
  • Por la coincidencia de nombre de algunos personajes, comenta: “si yo fuera paranoico y egocéntrico, creería que Londres lo hizo [poner el mismo nombre falso a dos paracaidistas infiltrados] expresamente para añadir más confusión aún a mi relato
  • Después de algunas disquisiciones sentencia: "Bueno, finalmente saltaron"
El carnicero de Praga

Puede hacer incluso algún apunte sobre la importancia sobre la Memoria Historica: “Los que han muerto, han muerto, y a ellos les es indiferente que se les rinda algún homenaje. Si hay alguien para quien eso tiene algún significado, es para nosotros, para los vivos. La memoria carece de utilidad para aquellos a quienes honra, pero sirve de mucho a quien se sirve de ella. Con ella me construyo y con ella me consuelo
En toda buena historia hacer falta un traidor. Y en la mía, hay uno. Se llama Karel Curda

Se queja, a su manera, de lo mencionado ya en otras entradas sobre la liberalidad con que a veces se fantasea sobre algún personaje histórico: “todo el mundo ve como algo normal hacer bricolage con la realidad para así ensalzar un guión, o dar una coherencia a la trayectoria de un personaje
El lugar del atentado

La novela, que según confesión del autor, se ajusta mucho a la realidad, pero eso no le impide usar desparpajo y sarcasmo en algunos pasajes: “Hácha firma «He sacrificado el Estado para salvar a la nación», cree el muy imbécil. Evidentemente, la estupidez de Chamberlain es contagiosa...
"La orden es borrar Lidice del mapa, literalmente"

Habla del libro de Jonathan Littell, Las benévolas, que no fui capaz de terminar.

¡He disfrutado mucho leyendo este libro!

Algunas palabras o expresiones que me han gustado, han sido:
"Praga de dedos de lluvia"
Mientras el Mercedes de Heydrich serpentea por el hilo anudado de su destino...


Mi cachico:

El coche se ha detenido y, esta vez, el tiempo también se ha detenido de verdad. El mundo entero se paraliza, no respira. Los dos hombres del coche están estupefactos. Solamente el tranvía sigue su curso como si no pasara nada, y eso que algunos pasajeros tienen ya esa misma mirada petrificada, porque han visto lo que pasaba, es decir, nada. El rechinamiento de las ruedas por el acero de los raíles desgarra el tiempo detenido. No pasa nada, salvo por la cabeza de Gabcík. Su cabeza es un torbellino, en ella todo se sucede muy rápido. Estoy absolutamente convencido de que si yo hubiera podido estar dentro de su cabeza en ese preciso instante habría tenido material para contar durante centenares de páginas. Pero no estaba dentro de su cabeza y no tengo ni la menor idea de lo que sintió, jamás podría encontrar, en mi pequeña vida, una circunstancia que me hubiera permitido aproximarme a un sentimiento, incluso muy desvaído si cabe, semejante al que lo estuvo invadiendo en aquel instante. Sorpresa, miedo, más un torrente de adrenalina que acude en tropel por las venas como si todas la válvulas de su cuerpo se hubieran abierto a la vez

LAURENT BINET

Francia (París, 1972)

Escritor francés, Laurent Binet es conocido principalmente por su novela HHhH (Himmlers Hirn heißt Heydrich) en la que recoge la llamada Operación Antropoide, en la que se trató de asesinar al jefe de la Gestapo, Reinhard Heydrich, y con la que se hizo con el Premio Goncourt a la Primera Novela de 2010.

(Más información: Wikipedia, Wikipedia en francés, Revista de letras)

martes, 14 de febrero de 2012

CABALLO DE BATALLA de Michael Morpurgo

Traducción: Isabel Murillo           
Edición: 2011   
Editorial:  Círculo de Lectores
Páginas: 187

Esta novela de Michael Morpurgo se publicó en 1985.

Cuando, al estallar la primera guerra mundial, el padre de Albert vende el caballo del muchacho, Joey, al ejército británico, el chico promete ir al frente y recuperarlo. En medio de la batalla, el ruido ensordecedor de los disparos, los compañeros que perecen en el camino y las penurias de los que sobreviven, Joey se preguntará si esa guerra atroz e inclemente finalizará alguna vez.

Y si es así, ¿se reencontrará con Albert?

LEIDO por.... Andrés:

Enterado de que se iba a producir una película basada en este libro, se me ocurrió leerlo con vistas a un posible regalo.

Leyendo esta novela me acordé que había leído un texto que reproduzco:

«El hombre se volvió hacia un lado en los matorrales y miró a Lok por encima del hombro. Un palo se levantó y había un bulto de hueso en el medio... De pronto Lok comprendió que el hombre estaba sosteniendo el palo para él, pero ni él ni Lok podían alcanzar el otro lado del rio... El palo espezó a acortarse por ambos lados. Después crecío hasta alcanzar su tamaño original otra vez.

El árbol muerto al lado del oído de Pok adquirió voz.

-¡Clop!

Sus oídos se crisparon y se volvió hacia el árbol. Al lado de su cara había crecido una varilla... Esta varilla tenía un hueso y una sustancia de color castaño y pegajosa colgaba de sus ganchos. Su nariz examinó esta sustancia y no le gustó. Olió a lo largo del asta de la varilla. Las hojas de la varilla eran plumas rojas y recordaban al ganso. Se perdió en su asombro e inquietud generalizados»

Este párrafo corresponde a la novela Los herederos del premio Nobel Wiliam Golding y lo leí la primera vez en el libro Introducción a la psicología cognitiva, de Manuel de Vega (pag. 369). Era un texto de la carrera de psicología, que entonces, hace muchos años, estudiaba en la UNED. ¿Que hace un texto como éste en un libro de psicología, cuando el autor nos intenta explicar los procesos que subyacen en la Comprensión como fenómeno cognitivo? El autor nos lo explica a continuación: «El párrafo anterior permite ilustrar cómo pueden operar correctamente los procesos de codificación y perceptivos sin una verdadera comprensión. El individuo primitivo codifica con precisión los detalles sensoriales de un suceso ambiental (olores, formas, colores), e incluso tiene éxito en aislar unidades perceptivas (varilla, palo, plumas, etc.), pero, en realidad, no comprende el acontecimiento del que ha sido testigo: el haber sido atacado con un arco y una flecha»

Creo que es exigible a todos los autores que hagan el esfuerzo intelectual de reflejar la realidad lo más aproximada posible a como sería percibida por su protagonista. Quizá tratándose de un caballo esa tarea sea difícil, pero si además el autor se atreve a narrarla en primera persona, más todavía, pero desde luego hay que intentarlo. Por esto, el hecho de que el protagonista de esta novela, Joey, sea un caballo, no hace admisible que:
  • Sepa en su primer viaje en barco que éste se puede hundir
  • Identifique los cañones por los ruidos de sus proyectiles al caer
  • Sea capaz de interpretar las intenciones tácticas que guían las acciones de guerra
  • Identifique los villancicos
  • Entienda lo que dicen los ingleses, franceses y alemanes, a mayor envidia del que escribe y
  • sabía y comprendía ya el carácter definitivo de la muerte
Todo esto sin intenciones de ser exhaustivo.

Si se está dispuesto a pasar por alto esta personificación de tan noble bruto, a riesgo de sacrificar sus virtudes naturales, se leerá sin problemas esta novelica, con final melifluo y lacrimógeno, eso si. Incluso puede que le guste. A mi no me ha gustado.

Acostumbro a regalar solo libros que me han gustado y que creo que van a gustar. A lo más que me he atrevido es a regalar alguno que sin leer creo que cumple ambas condiciones. Este no podré regalarlo. A los lectores noveles, a los que va dirigido este libro, son a los que más hay que mimar.

MICHAEL MORPURGO

Inglaterra (St Albans, Hertfordshire, 1943)

Escritor y poeta inglés,  su verdadero nombre es Michael Andrew Bridge, es conocido por su producción en el campo de la literatura infantil y juvenil, muy cercano al estilo de los cuentos tradicionales pero con una manera de escribir muy personal.

Entre sus libros destacan The Wreck of the Zanzibar, premio Whitbread Children's Book en 1985, Kensuke's Kingdom, premio Prix Sorcières (France) en 2001, Private Peaceful, Premio Hampshire en 2005 y Caballo de guerra, publicado en 1985, que es noticia actualmente por una reciente película. 

lunes, 13 de febrero de 2012

1Q84 de Haruki Murakami

Traducción: Gabriel Álvarez Martínez
Edición: 2012
Editorial: Círculo de Lectores
Páginas: 468, 406 y 476


Esta novela de Murakami se publico en el 2011.


En japonés, la letra q y el número 9 son homófonos, los dos se pronuncian kyu, de manera que 1Q84 es, sin serlo, 1984, una fecha de ecos orwellianos. Esa variación en la grafía refleja la sutil alteración del mundo en que habitan los personajes de esta novela, que es, también sin serlo, el Japón de 1984. En ese mundo en apariencia normal y reconocible se mueven Aomame y Tengo.

Aomame y Tengo no han vuelto a verse desde que se conocieron, cuando tenían diez años y se enamoraron místicamente, pero el recuerdo de aquel breve encuentro sigue vivo y latente en ellos. En 1984 rondan la treintena y llevan unas vidas solitarias y en apariencia anodinas: Aomame trabaja en un gimnasio y ama el ejercicio físico, y Tengo se gana la vida impartiendo clases de matemáticas. Pero ambos tienen un fondo secreto: él se prepara para ser novelista y su editor le ha encargado un editing sobre La crisálida del aire, un libro escrito por una enigmática adolescente, mientras que ella es una asesina a sueldo.

Las vidas de ambos cambiarán –o quién sabe, tal vez sigan el plan establecido desde que se conocieron– cuando Aoame, después de asesinar limpiamente a su última víctima en un hotel empiece a tener experiencias extrañas y recuerdos que no encajan con su pasado, como si hubiese entrado en una dimensión paralela. Por su parte, Tengo descubre que el autor de La crisálida no es quien parece ser, y sus pesquisas lo llevan tras la pista de una organización llamada «Vanguardia», que podría estar detrás de las sutiles modificaciones en la realidad cuyo objeto es dominar el mundo. Y, como telón de fondo de la historia, el universo de las sectas religiosas, el maltrato y la corrupción, un universo enrarecido que el narrador escarba con precisión orwelliana.

Sea como sea, al llegar a este punto nosotros, los lectores, acabamos de adentrarnos en un auténtico laberinto de textura onírica del que sólo Haruki Murakami conoce la salida.
 
 LEIDO por.... Andrés:

Fiel seguidor de Murakami, aquí estamos con esta ingente novela, a pesar de que no todas las críticas eras positivas.

La obra está dividida en tres libros, pero, por razones que desconozco, se publicó en dos volúmenes, con los dos primeros libros el primero. Si los dos primeros se leen con ansia, el tercero, que ralentiza la acción, a veces de manera incomprensible, se lee por averiguar como se resolverá la intriga y para disfrutar de la prosa de Murakami.

Dos historias, la de Aomame y Tengo, que, en capítulos alternativos, nos llevan de su distancia hasta su encuentro, desde la realidad más palpable a la fantasía, desde su vida diaria a situaciones extraordinarias..., hasta un encuentro que desde los primeros capítulos creemos inevitable. En el tercer libro  un nuevo personaje, un detective llamado Ushikawa, permite a Murakami introducir un punto más de suspense al demorar, con los capítulos de este nuevo personaje, los acontecimiento.

1Q84 se caracteriza, entre otras cosas, por tener dos lunas, una gran luna amarilla y una pequeña luna verde.
 
 Homenaje a Orwell:
Como sabrás, en 1984, George Orwell presentaba a un dictador llamado Big Brother, el Gran Hermano. Era, evidentemente, una parábola del estalinismo. Y a partir de entonces el término Gran Hermano se convirtió en un icono social. Fue un mérito de Orwell. Sin embargo, en el 1984 de hoy en día, el Gran Hermano es demasiado famoso, se ha convertido en algo muy visto. Si apareciera un Gran Hermano, lo señalaríamos y diríamos: «¡Fijaos! ¡Es el Gran Hermano!». En otras palabras, en el mundo actual el Gran Hermano ya no pinta nada.

Buscando en internet cosas acerca de este libro, me encontré que «Author : Cun Shang Chun Shu», que es como se escribe Murakami, por no se que extrañas traducciones.
 
Partido de Softbol, descendiente directo del béisbol

La conversación de Tengo con su padre en la residencia donde “Se ve obligado a convivir con ese vacío que se va expandiendo de forma paulatina en su interior” es desasosegante.

El libro electrónico, ¿acabará con ésto?: “Sentada en el suelo, Aomame cerró los ojos. Acercó la nariz a las páginas del libro y aspiró su aroma. El olor de las hojas, el olor de la tinta. Entregó su cuerpo tranquilamente a aquella corriente. Prestó atención a los latidos del corazón de Tengo

La Sinfonietta de Leos Janacek está presente en la vida de los protagonistas:
Aomame: "El bello eco producido por el unísono de los instrumentos de viento calaba en el interior de su cabeza"
Tengo: "Siempre le había dado ánimos y lo había protegido"

He de decir que me ha parecido un poco tramposo el artilugio que utiliza el autor para resolver la trama por él urdida. Recuerdo haber leído hace tiempo, en 1992, Las crónicas de Thomas Covenat, el incrédulo, de Stephen R. Donaldson, en donde el autor también recurre a lo mismo. En aquel libro el protagonista  también accedía, no recuerdo como, a un mundo fantástico paralelo donde se desarrollaba la historia principal , pero no me quedé con la sensación de que la salida de ese mundo fuera un recurso fácil para finalizar una situación demasiado compleja, como me ha parecido en éste. Es como si Murakami no supiera como finalizar la historia. De hecho los protagonistas huyen abandonado el mundo 1Q84, pero sin resolver la situación que se encuentran al llegar y que se complica con su intervención. Esta trampa le permite dejar muchos hilos sin coser. ¡Una lástima!. A pesar de ésto, he leído el libro, los libros, sin descanso y disfrutando.

Algunas palabras o expresiones que me han gustado, han sido:
Sin titubear, con sangre fría y precisión, hizo que el Reino de los Cielos le cayera sobre la cabeza
Tenía un cuello inmaculado al que le sentarían bien el rocío y las mariquitas
dulce dolor sordo

Palabras recuperadas:
arrebol
En un periquete

Palabras o expresiones sorprendentes:
ella también obtuvo su satisfacción [sexual]. Igual que un competente asesor fiscal que se deleita realizando complejas operaciones numéricas en su libro de cuentas

Mi cachico:

«Por supuesto, no es más que una hipótesis», pensó Aomame mientras caminaba. «Pero por ahora es la hipótesis más convincente que tengo. Al menos, hasta que se me presente otra aún más convincente, creo que debo actuar conforme a ella. De lo contrario, podría derrumbarme. Para ello debería llamar de forma adecuada a este nuevo estado en el que me encuentro. Requiere un apelativo singular para diferenciarlo del mundo de antaño, en el que los policías andaban con revólveres de los viejos. Hasta los gatos y los perros necesitan un nombre Un nuevo mundo, transformado, no va a ser menos.»

«1Q84:así voy a denominar este nuevo mundo», decidió Aomame.

«Q de question mark. Algo que carga con una interrogación a sus espaldas.»

Aomame asintió sola mientras caminaba.

«Me guste o no, ahora me encuentro en "1Q84". El año 1984 que yo conocía ya no existe. Esto es 1Q84. El aire ha cambiado, el paisaje ha cambiado. Me tengo que adaptar rápidamente a la forma de ser de este mundo con signo de interrogación. Igual que un animal liberado en un nuevo bosque. Para protegerme y sobrevivir, tengo que comprender sin dilación las reglas del lugar y amoldarme a ellas.»”

sábado, 4 de febrero de 2012

COCUYO de Severo Sarduy

1ª Edición: 1990
Editorial: Tusquet
Páginas: 209

Esta novela de Severo Sarduy se publicó en 1990.

Si el lector se preguntara sin inhibiciones si en alguna ocasión sintió, por ejemplo, el oculto deseo de liquidar a toda su familia con matarratas, de simular ante posibles «inquisidores» una incurable catalepsia, de querer ser otro a toda costa, o de prendarse de una niña con visos de hada olorosa ; si recordara sin trabas cuándo y cómo fumó su primer cigarro, asistió a una sesión de magia, descubrió que la niña no era un ángel sino el signo de algo profundamente perturbador, se emborrachó, visitó los primeros burdeles  —que finalmente tanto se parecen al mundo exterior, «normal»— y buscó bondad y consuelo allí donde menos podía encontrarlos, entonces el lector comprenderá la verdadera naturaleza de este sinuoso recorrido iniciático de Cocuyo —niño precoz, cabezón, perverso y fisgón— y será Cocuyo en toda su exuberante vitalidad, a veces grotesca y risible, otras casi demoníaca, otras pícara y tierna, otras simplemente miserable.

Cocuyo fue la última novela de Sarduy publicada en vida. En ella se relata la historia de Cocuyo, personaje poco agraciado físicamente y de evidente ambigüedad sexual que, al sentirse rechazado por su familia, decide envenenarla en medio de un ciclón. Para no ser descubierto, ingiere una pequeña dosis de una pócima y simula ser una víctima más del crimen. A partir de aquí comienza un verdadero camino iniciático que marcará las experiencias vitales del protagonista en un mundo mágico-simbólico muy característico de la cultura cubana, en el que el lenguaje asume también un papel primordial.

LEIDO por.... Andrés:

Atacamos la primera de las novelas mencionadas en el artículo, ya comentado, titulado Sátira híbrida y sujeto menipeo: la literatura cubana y latinoamericana actual.


La Jungla (1943) de Wilfredo Lam (1902-1982)
Aguada sobre papel montado sobre lienzo
239,4 x 229,9 cm
Museum of Modern Art, de Nueva York.

Cuando empecé a leerlo, quedé sorprendido de su prosa, parecía música, extraña, pero música. Me pareció una prosa muy atractiva; a pesar de la multitud de palabras que desconocía, me enganché vorazmente a su lectura. La forma de narrar me pareció distinta, original, bella. Para mi es un libro extraordinario.

Sus imágenes y descripciones son, la mayoría de las  veces, sorprendentes:
  • Es como si viviera en pareja consigo mismo.
  • Los zapatos son de su misma piel
  • untuosidad obispal en los ademanes
  • Sentía como una evidencia que su cuerpo era una demasía, un exceso inútil
  • Comprendió entonces que esperaba a alguien, aunque sabía con certeza que nadie iba a llegar
  • Quedó con sus tacones altos y una faja de ballenas brillantes cuyas varillas la modelaban y contenían; una Venus presta a estallar de abundancia o de excesiva felicidad.
  • Parecía escuchar un caracol.
  • el pecho es bien flacucho: un ideograma de huesos
Si decíamos  en el libro anterior que   el oxímoron genera una intensa actividad en el área frontal izquierda del cerebro, con el texto que sigue debe parecer una montaña rusa:
Junto a él se encontraba un ser extraño, entre la infancia senecta y la decrepitud estirada, quizás una niña con el rostro apergaminado por las arrugas prematuras, o una provecta con la piel encerada, o embadurnada de cascarilla.

El bacín se hace añicos y queda pulverizado en más trizas de loza que 
las que contiene un autorretrato de Julian Schnabel

La historia, narrada desde la distancia, es subrrealista, con un arranque ilusionante, pero al final decae, hasta acabar de una manera que te deja frío, con la sensación de que encontrar un final acorde con la historia era demasiado difícil. Quizá esto es lo que me ha dejado la sensación de que, dentro de su bondad, no es un libro redondo. He disfrutado leyéndolo, pero, ya digo, me ha parecido que tenía un pobre final. Lo engrandece su prosa.

A pesar de todo, uno se queda con las ganas de seguir leyendo, pero quizá sea, como dice Ricardo Piglia en Babelia en su artículo ¿Qué gato?:  «Cuando decimos que no podemos dejar de leer una novela es porque queremos seguir escuchando la voz que narra»
Mi cachico:

Cuando tomaba el primer sorbo salado, se concentraba entonces el gourmet, más que en lal langosta con ajillo, o en el lechoncito asado con hojas de guayaba y nadando en casabe, en el escote generosamente abierto de la joven camarera zerlinesca que desde sus comienzos y con carcajadas zalameras lo atendía y fingía comprender sus acertijos etílicos -para ella escabrosas alusiones a su busto y postrero.

En el fondo del escote, entre dos esferas nacientes, nacaradas y túrgidas, con reflejos azulosos a la Rubens, se adivinaban los encajes diminutos y ligeros del ajustador. El obeso trataba de respirar hondo, cuando la camarera se acercaba para servirlo, el aroma, que presentía ambarino y almizclado, de los senos, pero se lo impedía, con su tufo insistente, la salsa anaranjada del camarón

SEVERO SARDUY

Cuba (Camagüey, 1937)

Aunque escribiera poemas desde muy joven, en 1956 se trasladó a La Habana para estudiar medicina. No obstante, pudo más la creación artística y, después de los primeros años de la Revolución durante la que colaboró en Diario Libre y Lunes de Revolución, se fue a estudiar historia del arte a Madrid y luego a París, donde vivió desde entonces.

Entre Gestos (1963) y Pájaros de la playa, publicó otras cinco novelas — De donde son los cantantes, Cobra (Premio Médicis 1972 en Francia), Maitreya, Colibrí y Cocuyo—, tres ensayos —Escrito sobre un cuerpo, Barroco y Simulación—, cinco libros de poemas, entre otros Big Bang, uno de teatro y más de una pieza radiofónica.

(Más información: Wikipedia, Ecured, Fundación Severo Sarduy)

miércoles, 1 de febrero de 2012

EL HOMBRE QUE AMABA A LOS PERROS de Leonardo Padura

1ª Edición: 2009
Editorial: Tusquet
Páginas: 571

Esta novela de Leonardo Padura se publicó en el 2009

En 2004, a la muerte de su mujer, Iván, aspirante a escritor y ahora responsable de un paupérrimo gabinete veterinario de La Habana, vuelve los ojos hacia un episodio de su vida, ocurrido en 1977, cuando conoció a un enigmático hombre que paseaba por la playa en compañía de dos hermosos galgos rusos.

Tras varios encuentros, «el hombre que amaba a los perros» comenzó a hacerlo depositario de unas singulares confidencias que van centrándose en la figura del asesino de Trotski, Ramón Mercader, de quien sabe detalles muy íntimos.

Gracias a esas confidencias, Iván puede reconstruir las trayectorias vitales de Liev Davídovich Bronstein, también llamado Trotski, y de Ramón Mercader, también conocido como Jacques Mornard, y cómo se convierten en víctima y verdugo de uno de los crímenes más reveladores del siglo XX. Desde el destierro impuesto por Stalin a Trotski en 1929 y el penoso periplo del exiliado, y desde la infancia de Mercader en la Barcelona burguesa, sus amores y peripecias durante la Guerra Civil, o más adelante en Moscú y París, las vidas de ambos se entrelazan hasta confluir en México. Ambas historias completan su sentido cuando sobre ellas proyecta Iván sus avatares vitales e intelectuales en la Cuba contemporánea y su destructiva relación con el hombre que amaba a los perros.




LEIDO por.... Andrés:
Mediante dos narraciones que se intercalan, la vida de Trotsky y la vida de Ramón Mercader, seguimos los hechos históricos del siglo XX, centrados en las vicisitudes de la gran utopía comunista.  Como nos cuenta el autor en su “nota muy agradecida final”, “ quise utilizar la historia del asesinato de Trotski para reflexionar sobre la perversión de la gran utopía del siglo xx, ese proceso en el que muchos invirtieron sus esperanzas y tantos hemos perdido sueños, años y hasta sangre y vida”, que tratándose de un escritor cubano es más que elocuente. 
Las viviendas de los Trosky:
Casa Azul de los Rivera



Vivienda de los Trosky 
en Coyoakan


Conejeras de Trosky
Despacho de Trosky

Estas dos historias, no siempre sincronizadas, nos permiten seguir los acontecimientos desde dos puntos de vista antagónicos, el de la víctima y el de su asesino, enriqueciendo todo lo que rodea al asesinato de Trotski, aunque resulta un poco farragoso cuando se adentra en explicaciones de la lucha política rusa. 

Las mujeres de Ramón Mercader:
  
 Su madre
 
Africa
 
Sylvia Ageloff

Hay una tercera narración, la del alter ego del autor que, en primera persona, nos permite conocer la Cuba de los 70 y la creación en aquellos años, perfectamente prescindible para entender el nudo central del libro, pero que sirve como constatación actual del fracaso de la utopía. 
Tres historias y “siempre el dichoso miedo, siempre, siempre, siempre

Aún con lo comentado, resulta un libro atrayente que te atrapa desde el principio, como si se tratara de una novela negra, al autor se le ve el oficio, de la que ya conocieras el final, lo cual la hace todavía más meritoria.



 
Este viaje histórico, que encierra una tremenda crítica al desarrollo de la revolución rusa durante el siglo XX y al comunismo español, me ha permitido rememorar hechos ya sabidos y conocer otros nuevos, enriqueciendo el conocimiento de una época importante no solo para la URSS, sino para toda Europa.





Hace pocos años, en el 2.005, reaparecíó el piolet con que fué asesinado. La hija de un agente del servicio secreto mexicano, intentó vendérselo a un nieto de Trotsky y éste hizo público el hecho y a partir de ahí, entrevistas y toda la parafernalia mediática. El piolet todavía conservaba restos de lo que parecía ser sangre humana. 

¡Bien podría tratarse de un fraude!
 Magnífica ocasión para acercarnos a la pintura de Diego Rivera y Frida Khalo







Algunas palabras o expresiones que me han gustado, han sido:
"ideas de mármol""
""entre las pocas cosas que repartidas siempre tocan a más, están el dolor y la miseria""
""parecía una estatua abandonada sobre un banco de la plaza""
"enciclopédica incultura" (Un artículo de El País, La literatura estimula la actividad del cerebro humano, demuestra que el oxímoron, combinación de dos palabras o expresiones de significado opuesto que originan un nuevo sentido, genera una intensa actividad en el área frontal izquierda del cerebro, actividad que no se produce ante una expresión neutra o una incorrecta.)

Palabras o frases recuperadas (no las oía desde mis años mozos):
 "pajas mentales"
"gargajo"

Palabras o expresiones sorprendentes:
"flashazos"
"sinflictivas" (parece ser: no conflictivo)
"trucidado" (Hacer pedazos. Matar)

El libro acaba con:
Esta tarde, cuando cierren el ataúd y esta caja de cartón, llena de mierda, de odio y de toneladas de frustración y de mucho miedo, se irán con él: al cielo o a la podredumbre materialista de la muerte. Quizás a un planeta donde todavía importen las verdades. O a una estrella donde tal vez no haya razones para sufrir temores y hasta podamos alegrarnos por sentir compasión. A una galaxia donde quizás Iván sepa que hacer con una cruz roída por el
 mar y con esta historia, que no es su historia pero en realidad 10 es, y que también es la mía y la de tantísimas gentes que no pedimos estar en ella, pero que no pudimos escapar de ella: se irán tal vez al sitio utópico donde mi amigo sepa, sin la menor duda, que cono hacer con
 la verdad, la confianza y la compasión."

Mi cachico:
-Mira bien a ese hombre -dijo Karmin-. Es una escoria, un enemigo del pueblo. 

El Soldado 13 apenas miro al indigente cuando, sin que mediaran otras palabras, Karmin grito: 

-Mátalo! 

El Soldado 13, sorprendido por el alarido, sintió una doble confusión: da orden era real? ~y a quien se la daban, al Soldado 13, a Ramón Mercader o al efímero Roman Pavlovich? Pero no tuvo tiempo de pensar más pues Karmin extrajo de su funda la Nagan de reglamento y la amartillo. 

-Lób tvoiv mat'! ¿Lo liquidas tu o tengo que hacerlo yo!? 

El Soldado 13 miro los puñales y tomo uno de hoja corta y ancha que, sin saber por que, Ie pareció el mas apropiado. ¿Apropiado? ¿Para , pensó y sintió que las piernas Ie temblaban cuando dio el primer paso. Trato de convencerse de que  Avanzo hacia el hombre fétido, en cuyos ojos descubrió un miedo creciente. El hombre dijo algo  El Soldado 13 siguió avanzando, con el puñal a la altura de la cadera, esperando oír la orden de detenerse, el mandato que no llegaba, mientras el pordiosero maloliente estaba cada vez mas cerca de el.
El Soldado 13 vio el ruego dramático en los ojos del hombre, apenas a un metro y medio de el, y pudo escuchar el silencio. Nada mas. En su mente se formo una palabra: obediencia, y una pregunta: ¿blando? La imagen de África paso como una centella por su cerebro. Entonces dio otro paso, movió el puñal hacia atrás, para impulsarse, y comprendió que el otro era ya incapaz de huir, inc1uso de retroceder. EI terror lo había paralizado y lo había puesto a sudar. ¿Debía matar a un hombre así, a sangre fría, para demostrar su fidelidad a una causa grandiosa? ¿Con esa impiedad había que tratar a los enemigos del pueblo en la tierra de la justicia? ¿Qué tenia que ver aquello con las  No, centímetros mas el puñal hasta colocarlo en la posición de ataque. Y ya no lo pensó: lanzo el brazo armado en busca del vientre del pordiosero y descubrió, en ese instante, que era el Soldado 13, que Ramón Mercader se había esfumado, que éI estaba cumpliendo con el primer principio sagrado: la obediencia.