sábado, 29 de octubre de 2011

PAN de José Viñals

Edición, 2009
Editorial: Pre-Textos
Páginas: 100

LEIDO por.... Andrés:

Escuche en Radio Nacional la recomendación de Andrés Neuman de este libro de José Viñals, hará cosa de un par de meses.

Se trata de cortos textos en prosa cargados de  poesía de alto nivel, casi todos con su “Acabo de ver....”, que no siempre he sido capaz de entender su sentido.

Un libro que al leerlo produce extrañas sensaciones. Uno se encuentra con partes fáciles y difíciles, sin orden ni concierto, partes alegres y festivas junto a otras tristes, lo mismo habla de poetas, más o menos conocidos, que de pintores. En unos pasajes se disfruta más y en otros uno se pierde.

En su conjunto es un libro, para mi que soy poco entendido en poesía, difícil y atractivo a la vez.


Mi cachico:

PEREGRINAJE

He hecho un recorrido loco por todos los rincones de tu cuerpo. He estado en tu ombligo, en tu pelo de matrona oscura, en tus pechos gemelos de paloma boreal, en tus pies, en tu cintura prodigiosa. Y me callo, discreto como hombre de palabra. Pero estoy contaminado por tu persona, por tus maneras de rara hondura, por tus aromas verticales,. Acabo de ver un ángel, una cariátide de piedra rubia. Apostaría cien ducados de la antigua moneda a que es un ángel hembra. Su pelo me asombra, tiene reflejos anaranjados. Si es ella y no él, cuando esta tarde llueva se volverá morena. Como tú, amiga mía.

JOSÉ VIÑALS

Argentina (Corralito, Córdoba, 1930 – Malaga, 2009)

De padres españoles, desde los años setenta desarrollaba en Argentina una intensa actividad como poeta, ensayista y narrador, que continuará en España a partir de 1979. Autor también de novelas, prosas, ensayos y aforismos, su producción poética se inicia con Entrevista con el pájaro (1969), y continúa con títulos como Coartada para Dios (1970), Poesía reunida (1986), Animales, amores, parajes y blasfemias (1998), Prueba de artista (2000), El túnel de las metáforas (2003),  El silencio de las grietas (2006) , su antología poética desde 1998 en He amado (2006) y Pan (2009)

Ha recibido los premios Nacional de Poesía de Villafranca del Bierzo, León,  y el Internacional de Poesía Jaime Gil de Biedma, ambos en el 2000.

(Más información: Wikipedia)

martes, 25 de octubre de 2011

LOS SINSABORES DEL VERDADERO POLICÍA de Roberto Bolaño

Edición, 2011
Editorial: Círculo de lectores
Páginas: 290

Roberto Bolaño comenzó a escribir esta novela en los años ochenta y la continuó redactando hasta su muerte, siendo publicada en 2011. Sus historias y personajes transitan por Estrella distante, Llamadas telefónicas, Los detectives salvajes y 2666. Amalfitano, exi­liado chileno, profesor universitario, viudo con una hija adolescente, nos descubre a través de la narración el desencanto político, su amor a la poesía, que le obliga a abandonar Barcelona tras un escándalo. Logra acogerse de nuevo a la universidad, pero esta vez en la lejana Santa Teresa, donde habitan oscuras historias de mujeres asesinadas o el mago Arcimboldi, que es asimismo un escritor francés y cuya obra narrativa despliega la complejidad de otra asombrosa literatura. Una novela apasionante y caleidoscópica, lírica e intensa, pero también cómica.

Prólogo de J. A. Masoliver Ródenas.

LEIDO por.... Andrés:

No podía faltar a la cita de lo último de este autor, que me gusto con Los detectives salvajes y me engatuso con 2666.

Sin embargo mis expectativas no se han visto cubiertas. Me parece que aunque Bolaño haya dicho: «El policía es el lector, que busca en vano ordenar esta novela endemoniada», ni ve he visto en la necesidad de ordenar nada, pues hay pocos datos que me lo permitieran, ni me ha parecido una novela, sino una patchwork, perdón por el anglicismo, de los retales de una novela de la cual solo tenemos algunas páginas deslavazadas.

Ha pesar de lo dicho he disfrutado con su lectura, como con todo lo de Bolaño. Por ejemplo, llegado a la parte de Arcinboldi, parece que no tiene sentido la descripción de sus novelas, pero los alucinantes resúmenes de los argumentos de éstas tienen un encanto especial que les da valor propio.

Es una novela solo apta para devotos de Bolaño. Quien quiera acercarse a su literatura que escoja otra, por ejemplo 2666, para mi la mejor.

Para hacer una visita a la obra de Larry Rivers, aquí.
Mi cachico:

Aquellos días, recordaba, los meses previos al nacimiento de su hija, fueron tal vez los más felices de su vida. Edith Lieberman se había vuelto un mujer muy hermosa que a veces parecía brillar con una luz espesa: tendida en la cama, de lado, desnuda y suave, las piernas un poco encogidas, los labios cerrados con una expresión de seguridad que lo desarmaban, como si atravesara instantáneamente todas las pesadillas. Siempre indemne. Durante mucho rato él se quedaba mirándola. El exilio, a su lado, parecía una aventura sin fin. La cabeza bullía en proyectos.

miércoles, 12 de octubre de 2011

TENIENTE BRAVO de Juan Marsé

Edición, 2004
Editorial: DeBolsillo
Páginas: 160

En este libro Juan Marsé, publicado en 1986, reúne tres historias magistrales. En «Historia de detectives», cuatro muchachos, encerrados en un Lincoln abollado y herrumbroso, dan alas a su fantasía. Mezclados con el humo azul de sus aromáticos cigarrillos de regaliz, los relatos de crímenes y viudas peligrosas llenan el interior del automóvil. En «El fantasma del Cine Roxy», los mitos del celuloide conviven con la realidad del presente, encarnada en un banco construido sobre las ruinas de un antiguo cine de barrio cuyos héroes se resisten a desaparecer. Y finalmente, la crítica mordaz, irónica, patética y a menudo divertida de la bravura obcecada de un militar franquista en «Teniente Bravo» constituye uno de los hitos en la historia de la narración breve de las letras hispanas.
Una Barcelona que se eleva sórdida e intrigante. El mítico cine Roxy, que en su tiempo alivió la miseria de posguerra con sus leyendas de celuloide. El mundo de este gran escritor desfila por estos relatos.

LEIDO por.... Andrés:

Rosa Montero decía en  el artículo La libertad de ser uno mismo, suplemento  Babelia de El País (02/04/2011), que es uno de los mejores cuentos que he leído en mi vida

Tres cuentos que se leen sin problemas. Si acaso el segundo, El fantasma del Cine Roxy, es algo más difícil de leer, pero creo que ha sido el que más me ha gustado, a pesar de su complejidad.

No coincido con Rosa Montero, no olvido que tengo pendiente leer su Lágrimas en la lluvia, en la bondad del cuento Teniente Bravo, aunque puede haber aspectos no literarios que me hayan influido. No es, desde luego,  de lo mejor que he leído de Marsé, del que tengo pendiente también por culpa de Rosa Montero, Caligrafía de los sueños.

Me falta tiempo para leer todo lo que me espera ya en la balda de mi estantería, el mencionado de Marsé, Los sinsabores del verdadero policia de Roberto Bolaño y Estupor y temblores de Amélie Nothomb, éste prestado por mi cuñada Alicia.


Mira por donde, me he topado con la portada repetida a que hacía mención en esta otra entrada.

Mi cachico:

Encadena a sucursal bancaria ex cine Roxy bajo una gran tormenta la animosa y eficiente señorita Carmela se afana en los inhóspitos y solitarios archivos del sótano buscando unos documentos cuando, súbitamente, se va la luz dejándola completamente a oscuras. Asustada enciende su linterna de pilas y nota en las medias una carrera subiéndole por el muslo como una maligna y diminuta araña de hielo. Oye el suave aleteo alrededor de su cabeza y percibe en la frente el roce frío y viscoso de una telaraña o unas alas que no son para volar en este mundo.

Retrocediendo aterrada la señorita Carmela deja caer la linterna y la carpeta con los papeles y se dispone a gritar. A su lado el fru-fru de la seda agitándose anuncia la inminente transmutación del murciélago en Drácula/Bela Lugosi ya su capa negra y su negro pelo engomado transpira el perfume del musgo y de la neblinosa noche Universal Pictures cuando, ceremonioso y cortés, el pálido conde se inclina, recoge del suelo la linterna y los documentos y los entrega a la señorita Carmela.

viernes, 7 de octubre de 2011

DON SEGUNDO SOMBRA de Ricardo Güiraldes

Edición, 1988
Editorial: Consejo Superior de Investigaciones Científicas
Páginas: 227

Esta novela de Ricardo Güiraldes fue publicada en 1926

Narra la triste historia de Fabio Cáceres, un niño que es separado cruelmente de su madre y tiene que vivir con dos tías amargadas e indiferentes que nunca se preocuparon de su educación ni cuidado.
Cansado del maltrato de ambas tías, Fabio huye de esa casa y conoce a don Segundo Sombra, un pampero. El tiempo que vivió en la estancia bajo la dirección y tutela de don Segundo Sombra, a quien Fabio llamaba padrino, conoció todos los secretos de la pampa argentina y así se convirtió en un resero más que vivía cada día de su vida pleno de aventuras entre reses, rodeos y amores, además de una rigurosa educación basada en la moral y las buenas costumbres. La separación entre ambos personajes se dará el día que Fabio herede la fortuna de su padre y tenga que partir para administrar sus bienes.

LEIDO por.... Andrés:

"A la media hora, tenía las rodillas empapadas y las botas como aljibe"
Es el libro, junto con Martín Fierro de José Hernández, que mejor relata la vida de los gauchos, en la pampa argentina. El buen recuerdo de José Hernández me hizo poner a Don Segundo Sombra en mi lista de imprescindibles. 


A pesar de la dificultad de su lectura, utiliza un vocabulario propio de la pampa que se complica aún más en los diálogos, me ha gustado mucho el libro, pues transmite una visión nostálgica de la vida de esa zona de Argentina (el libro se publico a principios del siglo pasado). Sirva de ejemplo estas pequeñas muestras:
-Lo habráh'oído en boca de otro
el rebenque en alto, tomado de la lonja

La pampa, su campo abierto, su calor, su frío, su lluvia y su noche, asi como los animales que la pueblan, son protagonistas siempre presentes en la narración, dando valor a la vida de los protagonistas, expuestos no solo a estas circunstancias, sino también la dureza de la sociedad en esos lugares.


 Mudábanse los tintes áureos de las nubes en rojos, los rojos en pardos”

La novela está plagada de bellas imágenes:
  • Sobre el tendido caserío bajo, la noche iba dando importancia al viejo campanario de la iglesia
  • Un charco bajo sus patas se despedazó chillando como un vidrio roto
  • Yo vi la hoja cortar la noche como un fogonazo
  • empapándome de optimismo en aquella madrugada, que me parecía crear la pampa venciendo a la noche
  • La noche empezaba a desmayarse
  • La noche nos perdió en su oscuridad
  • No hallaba postura y me removía como churrasco sobre la leña, sin poder dar con el sueño
  • manteles manchados por violáceos recuerdos de vino

 "¡Que lindo andar bien montado y estar libre!"
Los diálogos, a pesar de la dificultad señalada, son ágiles, a veces con un humor entrañable:
-¿Quién me da una manito pa ensillar mi potrillo?
-¿Pa qué?
-Pa subirlo.
-Te vah'acer trillar.
-No le hace.
-Yo te ayudo -dijo Horacio-, aunque no sea más que por tomar café esta noche en el velorio.

"-Has de ser nuevo en el oficio.
-Sí -dije como para mí-, soy un nuevo que se va gastando"
 

Buscando la carátula me encontré una de hace mucho tiempo. Tenía una ilustración de Alberto Guiraldes que me trajo a la memoria el maravilloso Martín Fierro de José Hernández, ya que sus ilustraciones acompañan mi edición de Aguilar. No sabía que también había ilustrado la novela de su hermano. He insertado en el texto sus ilustraciones, me parecen preciosas en su simplicidad.

Acaba con un sugerente: “Me fui, como quien se desangra






Mi cachico:

Y salió. Los seguimos. El forastero se quitó, al lado de la puerta, las espuelas, se arrolló el poncho en la zurda y sacó con lentitud el facón. Como si hubiera olvidado su reciente extravío, compadreó risueño:

-Aura verán cómo a un mocoso deslenguao se le corta la jeta.

En el patio de la pulpería había una carreta. Contra una de sus grandes ruedas, Antenor había hecho espaldas y esperaba. El forastero se acercó y, confiado, como quien juega con un chico, tiró a su contrario una cachetada con los flecos del poncho. Antenor hizo un imperceptible movimiento y el poncho pasó sin tocarlo. El quite fue de una precisión admirable: ni un dedo más ni un dedo menos de lo necesario. Creo que todos debimos pensar a un tiempo ¡pobre paisano viejo, su compadrada le iba a salir amarga! El hombre atropelló. Antenor, firme, con una cuchilla de trabajo contra un facón de pelea, sin poncho para meter el brazo, salvaba toda arremetida sacando el cuerpo. De pronto estiró la mano armada y, con un salto, ganó distancia. El paisano del facón tenía un tajo desde el bigote hasta la oreja. Antenor reculaba, dando por concluida la reyerta. Unos apartadores quisieron intervenir.

-Ladeensén -dijo el forastero-: uno de los dos ha de quedar.

Antenor dejó de buscar la carreta, donde se había dado el lujo de pelear a pie firme. Listo sobre las piernas, parecía dispuesto a concluir con furia la pelea que comenzó por fuerza.

No tardó mucho. Un encontrón y vimos al forastero levantado hasta la misma altura de Antenor, para ser tirado de espalda como un trapo.

Se acabó. Lo levantamos para sentarlo en el suelo, con las espaldas apoyadas contra la pared de la pulpería. Se desangraba por el pecho a borbollones.

Hicimos un arco de expectativa en torno suyo. Con inútil angustia presenciábamos el inevitable avance de la muerte, que en cada inspiración se le entraba en el cuerpo, para expulsar la vida en un chorro de sangre y de calor. Un momento se detuvo el baldeo trágico. El moribundo, terroso de haberse vaciado en aquel espasmo, alcanzó a decir muy bajo:

-Aura va a venir la policía a buscarlo a ese hombre. Ustedes son testigos todos de que yo lo he provocao.

Antenor, a caballo, huía.

RICARDO GÜIRALDES

Argentina (Buenos Aires, 1886 – París, 1927)

Este narrador argentino es uno de los mayores exponentes hispanoamericanos de la novela autóctona, con su obra maestra Don Segundo Sombra (1926).

Nació en el seno de una adinerada familia que en 1887 se trasladó a París. Puede decirse que se educó en francés y el castellano fue su segunda lengua. Los Güiraldes regresaron a Buenos Aires y alternaron su residencia en la ciudad con largos períodos en su estancia de San Antonio de Areco.

Sin duda en ese período el joven Ricardo se impregnó de imágenes de la tierra y figuras de hombres de campo, a la par que comenzó a sentir la vocación de escritor. En 1904 acabó el bachillerato e ingresó en la facultad de arquitectura; pasó luego a estudiar derecho, pero finalmente abandonó la universidad y marchó a París.

Este viaje fue fundamental en su vida: comenzó a preocuparse por la ética y la metafísica, a la vez que se vinculaba con pintores, músicos y escritores. Realizó un periplo por diversos países europeos y Oriente; regresó a París, decidido ya a ser escritor, y más tarde a Buenos Aires. Hacia 1912 frecuentaba un grupo que reunía a artistas y escritores de las clases altas, donde conoció a Adelina del Carril, con quien se casó un año más tarde.

En 1915 decidió publicar lo que tenía escrito: El cencerro de cristal, poesía, y Cuentos de muerte y sangre, relatos al estilo de H. Quiroga, por cuya mediación algunos aparecieron en Caras y Caretas. La crítica no recibió bien ni a uno ni a otro libro y Güiraldes, decepcionado, emprendió un nuevo viaje, esta vez a las Antillas, que le proporcionó material para una novela, Xaimaca (1923), que obtuvo parecida respuesta. A ésta siguieron Raucho (1917), con elementos autobiográficos, y Un idilio de estación (1918), publicada luego con el título de Rosaura.

Al finalizar la Primera Guerra Mundial Güiraldes regresó a París, donde escribió los primeros capítulos de Don Segundo Sombra, en cuya redacción trabajó los años siguientes. Atraído por la teosofía y el esoterismo, estas disciplinas le inspiraron los Poemas místicos, Poemas solitarios y El sendero (todos publicados póstumamente por su viuda). De regreso a su país natal se vinculó a los jóvenes vanguardistas, participó en la dirección de Proa y colaboró con Martín Fierro y Valoraciones.

Tras los fracasos anteriores, el autor encontró su voz definitiva en Don Segundo Sombra (1926), que obtuvo un éxito inmediato. Con prosa cuidada, la novela narra en primera persona la historia del joven Fabio Cáceres, quien encuentra en el arriero Segundo Ramírez Sombra al maestro que le permite convertirse en hombre. Don Segundo Sombra es una novela de aprendizaje en la que se narran las vicisitudes de la vida del campo y las particularidades de ese ámbito rural amenazado de extinción por la expansión del progreso. De ahí su fuerte tono elegíaco, a través del que se configuran una mirada melancólica respecto al pasado y una decidida apuesta de rescate de unos valores que se proponen como intrínsecamente argentinos.

(Más información: Wikipedia, Lecturalia, epdlp)