miércoles, 15 de diciembre de 2010

EL SUEÑO DEL CELTA de Mario Vargas Llosa

1ª Edicion, 2010
Editorial: Alfaguara
Páginas: 464

Esta novela de Mario Vargas Llosa fue publicada en el 2+ntura que narra esta novela empieza en el Congo en 1903 y termina en una cárcel de Londres, una mañana de 1916. Aquí se cuenta la peripecia vital de un hombre de leyenda: el irlandés Roger Casement. Héroe, villano, traidor y libertario, moral e inmoral, su figura múltiple se apaga y renace tras su muerte.

Casement fue uno de los primeros europeos en denunciar los horrores del colonialismo con argumentos. De sus viajes al Congo Belga y a la Amazonía peruana quedaron dos informes memorables que conmocionaron a la sociedad de su tiempo, pues tras ellos se revelaba una verdad dolorosa: no era la barbarie africana ni la amazónica la que volvía bárbaros a los civilizados europeos; eran ellos, en nombre del comercio, la civilización y el cristianismo, quienes cometían los actos más bárbaros.

LEIDO por.... Andrés:

La concesión del premio Nobel me ha llevado a acercarme otra vez, y seguro que no la ùltima, a la literatura de este magnífico escritor.

¡Que bien escribe Vargas Llosa!. ¡Como maneja el tiempo de la narración!. Empieza en la actualidad y viajamos al pasado, damos saltos temporales, atrás, adelante, embebiéndonos en la historia. Sin darnos cuenta, damos un paseo por atrocidades que parecen ficción, manos, pies y orejas cortadas, niños ahogados con las manos, esclavitud, etc., “¿no había pues límites para el sufrimiento de los seres humanos”, pero que la historia y las fotos nos demuestran que fue una realidad.

Manos cortadas en el Congo

Mujer condenada a muerte en la Amazonia


La novela consiste en un viaje en el tiempo del mismo Roger Casement, que desde la celda en que espera el indulto que puede salvarle la vida, pendiente de una sentencia de muerte por traidor, rememora toda su vida, fundamentalmente su estancia en el Congo, la Amazonia de Perú y su estancia en Alemania mientras prepara a la Brigada Irlandesa; su viaje de héroe a villano para los ingleses y, para su desesperación, para muchos de sus “compatriotas”, los irlandeses. Intentando lograr el «sueño del celta», la independencia de Irlanda, quedó como un traidor para muchos de sus compatriotas irlandeses, que tardaron muchos años en “aceptar que un héroe y un mártir no es un prototipo abstracto ni un dechado de perfecciones sino un ser humano, hecho de contradicciones y contrastes, debilidades y grandezas”.

El título lo toma de un poema del mismo Roger Casement: “En el sueño recordó con insistencia que, en septiembre de 1906, antes de partir hacia Santos, escribió un largo poema épico, «El sueño del celta», sobre el pasado mítico de Irlanda”. “Aunque sólo por un brevísimo paréntesis de siete días, el «sueño del celta» se hizo realidad: Irlanda, emancipada del ocupante británico, fue una nación independiente”, él no pudo participar.

Roger Casement detenido el 21 de abril de 1916

Aparte de disfrutar de la lectura, seguro que cumple lo que el mismo Vargas Llosa apunto en su discurso ”Elogio de la lectura y la ficción” pronunciado en la Academia Sueca, en Estocolmo, que “seríamos peores de lo que somos sin los buenos libros que leímos ”, ya que el libro es un tratamiento contra la brutalidad humana.

Mi cachico:

-Se lo voy a decir con toda franqueza, capitán Massard -dijo Casement, sin alzar la voz, muy lentamente-. Esas manos trituradas y esos penes cortados que he visto en el Hospital de Bolobo me parecen un salvajismo inaceptable.

-Lo son, claro que lo son -admitió de inmediato el oficial, con un gesto de disgusto-. Y algo peor que eso, señor cónsul: un desperdicio. Esos hombres mutilados ya no podrán trabajar, o lo harán mal y su rendimiento será mínimo. Con la falta de brazos que padecemos aquí, es un verdadero crimen. Póngame delante a los soldados que cortaron esas manos y esos penes y les rajaré la espalda hasta dejarlos sin sangre en las venas.

….......

-Le voy a explicar lo que pasa y, entonces, lo entenderá -añadió, suspirando, fatigado de antemano por tener que explicar cosas tan obvias como que la Tierra es redonda-. Todo nace de una preocupación muy sencilla -afirmó, manoteando otra vez con más furia contra ese enemigo alado-. La Force Publique no puede derrochar municiones. No podemos permitir que los soldados se gasten las balas que les repartimos monos, culebras y demás animales de porquería que les gusta meterse en la panza a veces crudos. En la instrucción se les enseña que las municiones sólo pueden utilizarse en defensa propia, cuando los oficiales se lo ordenen. Pero a esos negros les cuesta acatar las órdenes, por más chicotazos que reciban. La disposición se dio por eso. ¿Lo comprende, señor cónsul?

-No, no lo comprendo, capitán -dijo Roger-. ¿Qué disposición es ésa?

-Que cada vez que disparen le corten la mano o el pene al que han disparado -explicó el capitán-. Para comprobar que no malgastan las balas cazando. Una manera sensata de evitar el desperdicio de municiones ¿no es cierto?

Volvió a suspirar y a tomar otro trago de brandy. Escupió hacia el vacío.

-Pues no, no fue así -se quejó de inmediato el capitán, enfurecido de nuevo-. Porque estas mierdas encontraron cómo burlarse de la disposición. ¿Adivina usted cómo?

-No se me ocurre -dijo Roger.

Sencillísimo. Cortándoles las manos y los penes a los vivos, para hacernos creer que han disparado contra personas, cuando lo han hecho contra monos, culebras y demás porquerías que se tragan. ¿Comprende ahora por qué hay ahí en el hospital todos esos pobres diablos sin manos y sin pájaros?

martes, 30 de noviembre de 2010

LA NIETA DEL SEÑOR LINH de Philippe Claudel

Traducción: José Antonio Soriano
1ª Edicion: 2006
Editorial: Salamandra
Páginas: 126

Una fría mañana de noviembre, tras un penoso viaje en barco, un anciano desembarca en un país que podría ser Francia, donde no conoce a nadie y cuya lengua ignora. El señor Linh huye de una guerra que ha acabado con su familia y destrozado su aldea. La guerra le ha robado todo menos a su nieta, un bebé llamado Sang Diu, que en su idioma significa «Mañana dulce», una niña tranquila que duerme siempre que el abuelo tararee su nana, la melodía que han cantado durante generaciones las mujeres de la familia. Instalado en un piso de acogida, el señor Linh sólo se preocupa por su nieta, su única razón de existir hasta que conoce al señor Bark, un hombre robusto y afable cuya mujer ha fallecido recientemente. Un afecto espontáneo surge entre estos dos solitarios que hablan distintas lenguas, pero que son capaces de comprenderse en silencio y a través de pequeños gestos. Ambos se encuentran regularmente en un banco del parque hasta que, una mañana, los servicios sociales conducen al señor Linh a un hospicio que no está autorizado a abandonar. El señor Linh consigue, sin embargo, escapar con Sang Diu y adentrarse en la ciudad desconocida, decidido a encontrar a su único amigo. Su coraje y determinación lo conducirán a un inesperado desenlace, profundamente conmovedor.
Tras el enorme éxito de Almas grises, Philippe Claudel ha vuelto a causar un gran impacto con esta exquisita fábula sobre el exilio y la soledad, o lo que es lo mismo, la lucha por preservar la identidad. Su estilo narrativo extremadamente depurado, casi minimalista, marca un punto de inflexión en la trayectoria de Claudel, ganador del Premio Renaudot 2003. La nieta del señor Linh ha sido recibida con entusiasmo en Francia, donde permanece en las listas de los libros más vendidos desde su aparición. Elogiada unánimemente por la crítica y el público, se han vendido más de 200.000 ejemplares y se publicará en once idiomas.

LEIDO por.... Andrés:

Novela con solo dos personajes, el señor Linh y el señor Bark, que nos relata, con una prosa fácil, los días de un anciano emigrante en el caos de una gran ciudad.

La forma en que el narrador nos lleva detrás del señor Linh, “desnuda a la pequeña”, o “el anciano ha salido del comedor y camina con paso vivo”, crea un distanciamiento, o así me lo ha parecido a mi, que nos aleja de sus sufrimientos, enfría la narración emocionalmente y despersonaliza al protagonista. Esta circunstancia hace que durante la lectura de la novela no haya logrado entrar en la historia, a pesar de su, a veces, hermosa prosa, “son frágiles estatuas de rostro triste que tiritan en absoluto silencio”, “sus pupilas son como cuentas de cristal en el centro de charquitos de agua”, y del dramatismo de los hechos narrados. Lástima.

El final, que se supone tiene que ser sorprendente, resulta menos de lo esperado.

Mi cachico:

Un anciano en la popa de un barco. En los brazos sostiene una maleta ligera y a una criatura, todavía más ligera. En anciano se llama Linh. Es el único que lo sabe, porque el resto de las personas que lo sabían están muertas.
De pie en la cubierta, ve alejarse su país, el país de sus antepasados y sus muertos, mientras la criatura duerme en sus brazos. El país se aleja, se hace infinitamente pequeño, y el señor Linh lo ve desaparecer en el horizonte durante horas, pese al viento que sopla y lo zarandea como a una marioneta.”

PHILIPPE CLAUDEL

Francia ( Dombasle-sur-Meurthe, 1962)

Ha sido profesor en varios liceos, y de Antropología Cultural y Literatura en la Universidad de Nancy. Trabaja como guionista y director de cine, llevando a la pantalla algunas de sus obras.

Cultiva el género de la novela, siendo sus obras de planteamientos poco frecuentes profundizando en los problemas humanos. Sus descripciones son sencillas con tramas minimalistas, teniendo frecuentemente como fondo, el horror de la guerra. Ha obtenido varios premios y ha sido abundantemente traducido. Ha publicado tres novelas, Almas grises (2003), La nieta del señor Linh (2005) y El informe de Brodeck (2007)

(Más información: Wikipedia, Sitio oficial)

lunes, 22 de noviembre de 2010

JARDÍN DE INVIERNO de Monika Zgustova

Traducción: Monika Zgustova
Edicion, 2009
Editorial: Destino
Páginas: 229

Esta novela de Monika Zgustova se publicó en 2009.

Eva ha disfrutado desde muy joven de la atmósfera culta y exquisita de su Praga natal, en la que vive dividida entre el amor de dos hombres antagónicos: Karel, un artista de una exacerbada sensibilidad, y Milan, un militante comunista un tanto zafio. A la incertidumbre amorosa se unen los avatares históricos de la Europa del Este, que cambiarán sus relaciones una y otra vez: el estalinismo, la Primavera de Praga, la disidencia interior y, finalmente, tras la caída del muro de Berlín, la transición hacia la democracia y la economía de mercado.

LEIDO por.... Andrés:

Buscando algo por internet me encontré con una reseña de esta novela que me invitó a buscar algo más. Resultado: he leído la novela pensando en la tertulia. Curiosamente, toda novela que no pase de 250 páginas tiene un atractivo añadido para mí.

Deliciosa novela sobre la vida de Eva, sobre Praga, la bella Praga, y la República Checa; sobre su historia, su cultura y su música (¿no había cine en Praga?), siempre presente.

El cambio abrupto en su librería, después de “doce y ocho años”, sirve de parábola de lo sucedido en el país, en Praga, que “se había transformado, las oscuras calles nostálgicas se habían vestido de danza, las casas barrocas y los palacio góticos ya no saludaban a los transeúntes con melancolía”, y en su vida y la de los praguenses.

Con una prosa que se lee muy fácil, nos permite seguir los acontecimientos de una mujer que no puede hacerse con las riendas de su vida.

Curiosa forma de enlazar las secuencias, si una termina:
¿Por eso mi abuela me advertía: Eva, ten cuidado?

-Eva, ten cuidado -me previno mi abuela otra vez al cabo del tiempo.....” , así empieza la siguiente.

Es conveniente señalar que Zgustova escribe en checo y luego se traduce al español.

Mi cachico:

Antes de cruzar la avenida Národní, los novios miraron a un lado y a otro para cerciorarse de que no venía ningún coche, pero entonces advirtieron, como todos los demás, la presencia de un enorme tanque soviético que venía hacia ellos. Se guiñaron el ojo, traviesos; con un gesto elegante, Halenka recogió la larga falda de su airosos vestido de novia; el novio, de esmoquin, la tomó por el codo y aceleraron el paso, tanto como a la novia se lo permitían sus altísimos tacones de aguja. Más que correr daban pasos diminutos como una pareja de geishas, y no paraban de soltar carcajadas, mientras que a diez metros avanzaba con estruendo metálico, ceremoniosos e imparable, un tanque que parecía a punto de devorar hasta a sus héroes más valientes. Nos detuvimos en la acera y sin aliento esperamos a ver qué ocurría. Dos pasos más y el novio cruzó, arrastrando a la novia con él. El tanque nos obstaculizaba la vista, y nos mantuvimos inmóviles temiendo lo peor. Pero cuando el tanque acabó de pasar, majestuoso como una pesada matrona, vimos que Helenka nos saludaba agitando con la mano su cola de novia ennegrecida y rota. Echó una mirada pícara al novio y subió el velo como una persiana para besarlo en la boca; y nos dimos cuenta de que así ambos celebraban una victoria sobre la historia desafiada, la historia que había hecho lo posible para irrumpir en su vida y dominarla desde ese mismo día

MONIKA ZGUSTOVA

República Checa (Praga, 1956)

Vive desde los años ochenta en Barcelona. Traductora, escritora y periodista, tiene en su haber más de cincuenta traducciones, del checo y del ruso, de Bohumil Hrabal, Jaroslav Hasek, Václav Havel, Milan Kundera y Fiodor Dostoievski, entre otros, por las que ha recibido el premio Ciudad de Barcelona y el Premio de las Letras Catalanas. Es autora de una biografía novelada de Bohumil Hrabal, Los frutos amargos del jardín de las delicias (Destino, 1997), y de varias novelas, entre las que destaca La mujer silenciosa, aclamada entre las cinco mejores novelas del 2005 tras quedar finalista del Premio Nacional de Narrativa y de la que Zoe Valdes ha dicho que “es una de las mejores novelas que he leído en mi vida”. Su última novela ha sido Jardín de Invierno.

(Más información: Lecturalia, ABC, Centro de Cultura Contemporanea de Barcelona)

sábado, 20 de noviembre de 2010

LA HISTORIA DE EDGAR SAWTELLE de David Wroblewski

Traducción: Claudia Conde
Edicion, 2010
Editorial: Planeta
Páginas: 576

Esta novela de David Wroblewski fue publicada en 2008

Edgar Sawtelle es un niño mudo que desde muy pequeño se comunica solo en lengua de signos. Lleva una vida apacible y feliz junto a sus padres y su perra Almondine, su inseparable amiga y aliada, en su granja en Wisconsin.

Desde generaciones, los Sawtelle han criado y entrenado una raza ficticia de perros, conocidos como perros Sawtelle, con unos valores y características que los hacen unos animales nobles y inteligentes, los mejor amigos que un hombre pueda desear.

Pero el inesperado retorno de Claude, el hermano del padre de Edgar, a la granja después de muchos años, romperá la tranquila y feliz vida de esta familia y cambiará su destino, de forma irreversible, para siempre.

LEIDO por.... Andrés:

En un artículo de Maruja Torres leí que se trataba de “un libro gordo y apasionante” y algo que verdaderamente fue lo que me hizo gracia y me decidió a leer este libro: “En Estados Unidos ha arrasado durante meses, pero ello no debería constituir un inconveniente”.

Al leerlo ni me ha parecido tan gordo, porque se lee muy bien y te mantiene atado a su lectura, ni siempre tan apasionante, porque hay cosas que no he entendido demasiado bien, dejándome la sensación de que no están suficientemente explicadas algunas cosas. ¿Que pinta el perro Hachiko? ¿Cual es el papel de Forte en el libro? ¿Y su foto con Claude? Uno espera que Forte aparezca al final de la historia para dar significado a todas sus apariciones.

A mi modesto entender, podía haber llegado mucho más allá, porque la historia está bien diseñada y porque Wrobleswski escribe bien, cuenta bien las cosas, a veces desde el punto de vista de un perro.

A pesar de las pegas expuestas, es un gran libro, recomendable, como dice Maruja Torres, “sobre todo a quienes aman a los animales, y a quienes intentan o consiguen comunicarse con los perros”. También para los que quieran disfrutar con una historia de niño con perros.

Mi cachico:

En toda su vida ella siempre había encontrado lo que le pedían que buscara, y siempre había sido una sola cosa. Ahora él estaba perdido, desaparecido, transportado quizá a otro mundo, alguna tierra desconocida para ella, de la que no podía regresar. El armario estaba desconcertado como ella, y la cama no respondía a sus preguntas. No descartaba que él hubiera aprendido el secreto del vuelo, y sabía que la ventana no era lo bastante pequeña para contenerlo. Allí, durmiendo por la noche en su cama, sería la primera en verlo cuando regresara. Aunque era vieja, aún tenía preguntas que hacerle y cosas que mostrarle. Se preocupaba por él. Necesitaba encontrarlo, igual o cambiado, pero en cualquier caso lo reconocería y sentiría el sabor de la sal en su cuello.

DAVID WROBLEWSKI

EEUU (1959)

Escritor americano, trabajó varios años como programador informático antes de dedicarse a la escritura.

Su primera novela, La historia de Edgar Sawtelle, se convirtió en superventas en Estados Unidos y en 2010 alcanzó el mercado internacional.

(Más información: Wikipedia (inglés), página personal (inglés))

viernes, 19 de noviembre de 2010

84, CHARING CROSS ROAD de Helene Hanff

Traducción: Javier Calzada
Edición:
Editorial: Anagrama
Páginas: 128

Novela de Helene Hanff publicada en 1970.

En octubre de 1949, Helene Hanff, una joven escritora desconocida, envía una carta desde Nueva York a Marks & Co., la librería situada en el 84 de Charing Cross Road, en Londres. Apasionada, maniática, extravagante y muchas veces sin un duro, la señorita Hanff le reclama al librero Frank Doel volúmenes poco menos que inencontrables que apaciguarán su insaciable sed de descubrimientos. Veinte años más tarde, continúan escribiéndose, y la familiaridad se ha convertido en una intimidad casi amorosa. Esta correspondencia excéntrica y llena de encanto es una pequeña joya que evoca, con infinita delicadeza, el lugar que ocupan en nuestra vida los libros... y las librerías. 84, Charing Cross Road pasó casi inadvertido en el momento de su publicación, pero desde la década de los setenta se ha convertido en un verdadero libro de culto a ambos lados del Atlántico.

LEIDO por Andrés:

Cuando fuimos a comprar el libro la dependiente de la librería nos dijo: “¡Que libro más bonito!, lo he regalado un montón de veces”, sin embargo, la primera lectura me pareció aburrida y repetitiva. No así la segunda, con la que he disfrutado mucho.

Comienza el 5 de octubre de 1949 y termina en octubre de 1969, 20 años, en que asitimos a la evolución en la relación de una escritora americana, de no demasiado éxito, con los dependientes de una librería inglesa.

Ella norteamericana, más distendida y coloquial. Él, el típico inglés, formal y distante. La intrusión de Cecily, otra dependienta, ayuda a romper esta relación tan estirada del principio, que tan mal se le da a ella, “disfruto tratando de poner a prueba con mis pullas esa típica reserva británica...”, “me dan ganas de vomitar”, “Vengo escribiéndoles cartas de lo más descaradas desde la seguridad que me dan los 5.000 kilómetros que hay por medio

Él, tremendamente formal, según se espera de el típico inglés. El 9 de febrero de 1952, después de que ella se despidiera con “miss Hanff para usted (Soy helene, pero sólo para mis AMIGOS)” el empieza con un “Querida Helene:

Ella las empieza de distinta forma, a cual más informal:
  • ¿QUÉ PORQUERÍA DE BIBLIA PROTESTANTE ES ÉSTA?
  • ¡SOCORRO! ¡FPD
  • ¡Vamos, Frank Doel...!
  • dice que tiene una primera edición de La Universidad de Newman por seis pavos... ¡y me pregunta con aire de inocencia si la quiero!
  • ¡ESTAMOS BUENOS!
  • ¿Y A ESTO LO LLAMA USTED UN DIARIO DE PEPYS?
  • Querido Relámpago:
  • INDOLENCIA:
  • ¡Dios bendito!,
  • Frankie....
  • ¡Te vas a MORIR cuando te lo cuente, Frankie!..
  • ¡NO IRAS A DECIRME TAN TRANQUILO QUE DURANTE TODOS ESTOS AÑOS HABEIS ESTADO PUBLICANDO ESTOS MONUMENTALES CATALOCOS Y QUE ES LA PRIMERA VEZ QUE TE MOLESTAS EN ENVIARME UNO? ¡SI SERÁS BELLACO!
  • te escribo desde debajo de la cama, que es adonde me ha llevado ese Catulo.
  • domingo por la noche, ¡qué forma tan fastidiosa de comenzar 1960! no sé, frankie. 98
  • ¿Frank? Sigues todavía ahí?
  • ¿Seguimos todos vivos
El 10 mar 1961 se despide con “Besos”, pero el sigue con su sempiterno “Querida señorita Hanff

El viaje a Inglaterra, que aparece en la carta del 10 de abril de 1950, “me gustaría ir en busca de la Inglaterra de la literatura inglesa”, y que planea a lo largo de todas las cartas. “tal vez sea mejor que nunca haya estado allí. Soñé tanto con ello y durante tantísimos años... Solía ir a ver películas inglesas sólo para familiarizarme con las calles.” (en la última carta, 11 abr 69), solo se cumple en 1971 viaja a Londres, pero la librería había cerrado ya.

Es un canto de Amor a los libros, de papel:
  • jamás supuse que un libro así pudiera proporcionar un placer tan gozoso al sentido del tacto
  • Me encantan esos libros de segunda mano que se abren por aquella página que su anterior propietario leía más a menudo”, “El día en que me llegó el ejemplar de Hazlitt, se abrió por una página en la que leí: «Detesto leer libros nuevos.» Y saludé como a un camarada a quienquiera que lo hubiera poseído antes que yo
  • Lo tengo junto a mí todo el día, en mi mesa de trabajo, y de vez en cuando paro de escribir a máquina y alargo la mano para tocarlo. No porque sea una primera edición, sino porque jamás he visto un libro tan bello
  • Dentro está oscuro: hueles los libros antes de poder verlos; un olor de lo más agradable
  • es, sin lugar a dudas, el libro más hermoso que poseo, incluida mi primera edición de Newman. Parece tan nuevo y tan flamante como si nadie lo hubiera hojeado nunca, pero alguien lo ha leído: se abre espontáneamente por sus pasajes más bellos, y el fantasma de su anterior propietario me señala párrafos que jamás he leído antes
Curiosa la cantidad de religiones en una misma familia: ella judía, una cuñada católica, otra cuñada metodista, toda una legión de primos presbiterianos y una tía que es sanadora de la Iglesia de la Ciencia Cristiana. Pero que “en realidad, no conocen ni la existencia del latín

sería un verdadero milagro que alguna vez llegara a dominar una aritmética bilingüe

Sorprendente la diferente situación de EEUU y de Inglaterra en 1949, “todo lo que había dentro de su paquete son cosas que o no se encuentran aquí o sólo se pueden conseguir en el mercado negro” . El regalo de las medias de nylon, “Las chicas están emocionadísimas”. Desde luego, la inflacción de los libros no fue muy alta. (comparando precios al principio y al final)

Me ha gustado mucho el fino humor de la autora:
¡SOCORRO! ¡FPD!” (el pone en la siguiente su nombre: Frank Doel)
La carta del 25 mar 1950, está especialmente sembrada: ¡Vamos, Frank Doel...! ¿Se puede saber qué HACE usted ahí? No veo que haga NADA, salvo pasarse todo el día SENTADO
Pero mucho me temo que, cuando llegue ahí, se encuentre con que usted se ha muerto de inercia
Envíeme poetas que sepan hablar del amor sin gimotear...
¡Ande, no se quede ahí sentado! Vaya a buscarlo. La verdad es que no sé cómo puede seguir funcionando esa tienda
mi aspecto es casi tan elegante como el de una mendiga de Broadway
vivimos en una época depravada, destructora y degenerada, en la que una librería —¡una LIBRERÍA! — no tiene el más mínimo reparo en destrozar hermosos libros antiguos para emplear sus páginas como papel de embalaje
Y una sugerencia: ¿por qué no me lo envuelve en las páginas LCXII y LCXIII de ese otro libro roto para que, por lo menos, pueda enterarme de quién ganó la batalla y de en qué guerra se libró?” (había enviado un libro envuelto con las páginas de otro)
Querido Relámpago: Me aturde usted enviándome a semejante velocidad vertiginosa el Leigh Hunt y la Vulgata. Probablemente no se da usted cuenta de que apenas hace poco más de dos años que se los pedí. Si sigue manteniendo este ritmo, va a sufrir un ataque cardiaco...
mi querido dentista, me ha concedido también un mes de descanso (se fue de viaje de luna de miel..., una luna de miel que yo he financiado en gran parte). ¿Te conté que la primavera pasada me dijo que tenía que ponerme fundas en todos mis dientes o arrancármelos? Yo me decidí por las fundas..., porque me he acostumbrado a tener dientes. Pero el importe del arreglo es astronómico. Así que Isabel va a tener que subir al trono sin mí: la única coronación a la que voy a poder asistir en los dos próximos años, me temo que será la de mis dientes
Yo estoy con su madre. Quiero decir que me parece muy bien ver la espalda del Señor Dios o el rostro de la Virgen María..., de acuerdo. ¿Pero por qué demonios querría alguien ver al profeta Ezequiel?
Y claro, acaba pegándoselo a Frank:
Esperamos que pases unas felices navidades y un buen Año Nuevo a pesar de la Biblioteca Gigante Moderna.” (después de que ella le contará su odisea con los Salmos de Donne).
las esperanzas de Nora de convertirse en una abuela de muy buen ver están alejándose rápidamente
Su mujer dice al final, ya fallecido: “Frank disfrutaba leyendo tus cartas y todas ellas, o muchas, revelaban un sentido del humor muy parecido al suyo Aunque cuesta creerlo.

Señalar una conducta que sorprende a la autora y que a mi también me sorprende: “Cada primavera hago una limpieza general de mis libros y me deshago de los que ya no volveré a leer, de la misma manera que me desprendo de las ropas que no pienso ponerme ya más. A todo el mundo le extraña esta forma de proceder” Aunque si tiene sentido lo que dice a continuación “ Mis amigos son muy peculiares en cuestión de libros. Leen todos los best sellers que caen en sus manos, devorándolos lo más rápidamente posible..., y saltándose montones de párrafos según creo. Pero luego JAMAS releen nada, con lo que al cabo de un año no recuerdan ni una palabra de lo que leyeron. Sin embargo, se escandalizan de que yo arroje un libro a la basura o lo regale. Según entienden ellos la cosa, compras un libro, lo lees, lo colocas en la estantería y jamás vuelves a abrirlo en toda tu vida, ¡PERO NUNCA LO TIRAS! ¡JAMÁS DE LOS JAMASES SI ESTÁ ENCUADERNADO EN TAPA DURA! Pero... ¿por qué no? Personalmente creo que no hay nada menos sacrosanto que un mal libro e incluso un libro mediocre

Pero ésta no: “¿Por qué será que personas a las que jamás se les pasaría por la imaginación robar nada encuentran perfectamente lícito robar libros?

Se hace mención a multitud de libros, pero me resultaron, la mayoría, muy raros, en parte debido a tratarse de una escritora norteamericana y sin duda erudita

¿Como se pudo hacer una obra de teatro y una película de este libro? (pregunta retórica)

HELENE HANFF

EEUU (Filadelfia, 1918-Nueva York, 1997)

De formación autodidacta, inició su carrera literaria escribiendo obras de teatro y, más adelante, guiones para la televisión, libros infantiles, ensayos históricos y políticos y colaboraciones en el New Yorker y Harper's. La fama le llegó después de publicar 84, Charing Cross Road, que inspiró una película protagonizada por Anne Bancroft y Anthony Hopkins

(Más información: Wikipedia, Wikipedia en inglés, página personal)

lunes, 8 de noviembre de 2010

SANTA EVITA de Tomás Eloy Martínez

Edicion, 1995
Editorial: Círculo de lectores
Páginas: 359

Esta novela de Tomás Eloy Martínez se publicó en 1995.

Diosa, reina, señora, madre, benefactora, árbitro de la moda y modelo nacional de comportamiento. Santa Evita para unos y para otros una analfabeta resentida, trepadora, loca y ordinaria, presidenta de una dictadura de mendigos.

El protagonista de esta novela es el cuerpo de Eva Duarte de Perón, una belleza en vida y una hermosura etérea de 1,25 m después del trabajo del embalsamador español Pedro Ara. Un cuerpo del que se hicieron varias copias y que, en su enloquecedor viaje por el mundo durante veintiséis años, trastorna a cuantos se le acercan y se confunde con un pueblo a la deriva que no ha perdido la esperanza de su regreso.

Carlos Fuentes ha dicho: “Alucinante novela gótica, perversa historia de amor, impresionante cuento de terror, alucinante, perversa, impresionante historia nacional à rebours Santa Evita es todo eso y algo más” (artículo completo aquí), y Gabriel García Márquez: “Aquí está, por fin, la novela que siempre quise leer

LEIDO por.... Andrés:

Está novela la había visto recomendada como una de las mejores publicadas en español en los últimos 25 años, y como había leído El vuelo de la reina, del mismo autor, y me había gustado, me pareció que no me la podía perder, y acerté plenamente.

Cada capítulo lo inicia con una cita de un discurso de Eva Perón, y el cuarto lo inicia con una cita de Oscar Wilde “El único deber que tenemos con la historia, es reescribirla”, que es una declaración de intenciones del autor.

Con una prosa llena de bellas imágenes, fácil de leer, nos relata, entrelazadas, tres historias:
  • Las vicisitudes del cadáver de Eva Perón, de sus copias y de cuantos se cruzan en su camino, incluido el autor.
  • La vida de Eva Perón y
  • Las gestiones del propio autor, en la búsqueda de información para escribir las anteriores historias.
Se trata de una novela soberbia, sin duda. En una sucesión de secuencias entrelazadas, con continuos saltos en el tiempo, que el autor resuelve magistralmente, seguimos las tres historias mencionadas, atrapados en esta alucinante novela. Una maravilla, de las novelas que no hay que perderse.

Como nos cuenta el autor, afectado por la maldición del cadáver, : “Hubo un momento en que me dije: Si no la escribo, voy a asfixiarme. Si no trato de conocerla escribiéndola, jamás voy a conocerme yo. En la soledad de Highland Park, me senté y anoté estas palabras: «Al despertar de un desmayo que duró más de tres días, Evita tuvo al fin la certeza de que iba a morir» [frase con que inicia la novela]. Era una tarde impasible de otoño, el buen tiempo cantaba desafinando, la vida no se detenía a mirarme.

Mi cachico:

–Entiendo –dije, aunque no me importaba entender. Implacable, insistí: Cuando usted volvió, la caja ya no estaba.
–Se la habían llevado. No sabe cómo me puse cuando me enteré. Nunca le perdoné a papi que no me hubiera llamado para despedirme de mi Pupé. Caí otra vez enferma, creo que hasta se me pasó por la cabeza el deseo de que papi se muriera, pobre, y yo me quedara sola en el mundo inspirando lástima.
–Era el fin –dije. No se lo dije a Ella sino a mí mismo. Deseaba que las últimas escorias del pasado se borraran y aquello fuera en verdad el fin.
–El fin –aceptó Yolanda–. Yo quise a esa muñeca como sólo se puede querer a una persona.
–Era una persona –le dije.
–¿Quién? –preguntó ella, distraída, con el cigarrillo en los labios.
–Su Pupé. No era una muñeca. Era una mujer embalsamada.
Se echó a reír. Aún le quedaba un rescoldo de lágrimas: lo apagó con el agua de una risa franca, desafiante.
–Qué sabe usted –dijo–. No la vio nunca. Vino acá perdido esta mañana, a ver qué averiguaba.
–Sabía que el cadáver había estado en el Rialto dije–. No sabía por cuánto tiempo. Tampoco se me pasó por la cabeza que usted lo había visto.
–Un cadáver –dijo ella. Repitió: –Un cadáver. Lo único que faltaba. Váyase. Le abrí la puerta por curiosidad. Ahora déjeme en paz.
–Piense –le dije–. Usted ha visto las fotografías. Haga memoria. Piense.
No sé por qué insistí. Quizá lo hice por el impuro, malsano deseo de aniquilar a Yolanda. Ella era un personaje que ya había dado todo lo que podía dar a esta historia.
–¿Qué fotos? –dijo–. Váyase.
–Las del cuerpo de Evita. Salieron en todos los diarios, acuérdese. Salieron cuando el cuerpo le fue devuelto a Perón en 1971. Haga memoria. El cuerpo estaba embalsamado.
–No sé de qué me habla –dijo ella. Me pareció que lo sabía pero que se negaba a que la verdad entrara en su conciencia y la hiciera pedazos.
–Su Pupé era Evita –le dije, con saña–. Eva Perón. Usted misma se dio cuenta del parecido.
En noviembre de 1955 secuestraron el cuerpo de la CGT y lo escondieron en el Rialto.
Se adelantó hacia mí con las manos extendidas, apartándome. La voz con la que habló era estridente y aguda como la de un pájaro:
–Ya me ha oído. Váyase. ¿Qué le hice yo para que me diga lo que me dice? ¿Cómo se le ocurre que mi muñeca era una muerta? ¡Papi! –llamó–. ¡Vení en seguida, papi!
Antes había creído estar en ningún lugar. Ahora me sentía fuera del tiempo. Vi aparecer al marido en el filo de la puerta que daba al otro cuarto. Era un hombre macizo, de pelo duro y enhiesto.
–¿Qué le hizo? –me dijo, mientras abrazaba a Yolanda. No había rencor en su voz: sólo sorpresa.
–Nada –contesté, como un idiota–. No le hice nada. Sólo le vine a hablar de su Pupé.
Yolanda rompió a llorar otra vez. Esta vez el llanto desbordaba su cuerpo y henchía el aire, denso, salado, como el vapor del mar.
–Decíle que se vaya, papi. No me hizo nada. Me asustó. Está mal de la cabeza.
El marido me clavó los mansos ojos oscuros. Abrí la puerta y salí al enorme sol del mediodía, sin arrepentimiento ni lástima.

TOMÁS ELOY MARTÍNEZ

Argentina (San Miguel de Tucumán, 1934 – Buenos Aires, 2010)

Escritor y periodista argentino nacido en San Miguel de Tucumán el 16 de julio de 1934. Licenciado en Literatura Española y Latinoamericana por la Universidad Nacional de Tucumán, cursó estudios de posgrado de Literatura en Francia, en la Universidad París VII.

Hasta 1975, año en que marchó al exilio a Caracas, Venezuela, por motivos políticos, trabajó como periodista en el diario La Nación, semanario Primera Plana, editorial Abril, semanario Panorama y diario La Opinión. Ya en Caracas fue editor de un suplemento de literatura del diario El Nacional, fundando después el Diario de Caracas en 1979, del que fue redactor jefe. Tras el fin de la dictadura pudo volver finalmente a Argentina, país en el que, durante la ocupación del poder por los militares, se llegó a quemar la tercera edición de su libro La pasión según Trelew al ser acusado de autor “subversivo” y contrario al gobierno de la nación. No olvidaría esa década el autor, y en 1996 publicó Las memorias del general, un relato muy personal sobre los turbulentos años 70 en Argentina.

Tomás Eloy Martínez fue uno de los periodistas y escritores argentinos más relevantes de finales del siglo XX y principios del XXI. Aparte de su carrera periodística, ejerció como docente en universidades estadounidenses, y obtuvo dos doctorados honoris causa en su país, habiendo colaborado con numerosas instituciones de todo el continente.

El autor de la famosa novela Santa Evita. Gano el Premio Alfaguara de Novela 2002 con El vuelo de la reina.

(Más información: Wikipedia, literatura.org, sololiteratura.com)

sábado, 30 de octubre de 2010

LA ELEGANCIA DEL ERIZO de Muriel Barbery

Traducción: Isabel González-Gallarza
1ª Edicion, 2010
Editorial: Seix Barral
Páginas: 364

Esta novela de Muriel Barbery se publicó en 2006.

En el número 7 de la Rue Grenelle, un inmueble burgués de París, nada es lo que parece. Paloma, una solitaria niña de doce años, y Renée, la inteligente portera, esconden un secreto. La llegada de un hombre misterioso propiciará el encuentro de estas dos almas gemelas. Juntas, descubrirán la belleza de las pequeñas cosas, invocarán la magia de los placeres efímeros e inventarán un mundo mejor. La elegancia del erizo es una novela optimista, un pequeño tesoro que nos revela como sobrevivir gracias a la amistad, el amor y el arte. Mientras pasamos las páginas con una sonrisa, las voces de Renée y Paloma tejen, con un lenguaje melodioso, un cautivador himno a la vida.

LEIDO por... Andreś: 

Al comprar el libro sufrí un curioso cortocircuito de mi neurona y pedí “La estrategia del erizo”, sin duda debido a que uno de los libros propuestos en la tertulia había sido La estrategia del agua, la última novela de Lorenzo Silva.

El título de la novela viene explicado en la novela: “La señora Michel tiene la elegancia del erizo: por fuera esta cubierta de púas, una verdadera fortaleza, pero intuyo que, por dentro, tiene el mismo refinamiento sencillo de los erizos, que son animalillos falsamente indolentes, tremendamente solitarios y terriblemente elegantes”


La novela me ha parecido irregular, sentimentaloide en la historia de la portera y aunque lo estropea un final forzado, sin duda por miedo a que fuera demasiado rosa. A veces fácil de leer y por momentos pesado, en los ladrillos filosóficos o cuando da un baño de cultura (música, literatura, arte, cine). No obstante, no deja de tener sus aciertos, como el personaje de la portera, la relación entre ésta y el señor Ozu, que está muy bien escrita, con lo que la novela gana en la segunda parte.

¿Como han podido leer este libro cuatro millones de personas? ¿Lo terminaron todos?
Algunas disquisiciones filosóficas son un poco complicadas y parecen fuera de lugar (la fenomenología, la singularidad de la mesa, etc.)

Dos protagonistas destacadas:
Renèe: Con más entidad y con algo de interés el personaje. Es la protagonista del Cuento de hadas, revestido de filosofía, con final fatal (necesario ante la endeblez de la historia)

Paloma: Prescindible, no se sabe muy bien que papel tiene, salvo soltar una serie de Ideas profundas, ¿profundas? y contarnos un Diario del movimiento del mundo, que no se sabe muy bien que significa. ¿Nos importa la razón de su suicidio ? ¿es necesaria su historia?

A las que habría que añadir al perspicaz Sr Ozu, que por un respingo simultaneo con Renèe ante un error gramatical de una vecina, un estremecimiento de ésta cuando el dice la frase de inicio de Ana Karenina y por el hecho de que su gato se llame León, descubre en ella la erudita que con celo a estado ocultando bajo sus pinchos de erizo, perspicacia que para si quisieran Bevilacqua y Chamorro ;-)

No me ha gustado, no lo regalaría (mi prueba del algodón, o de la ciruela claudia, de los libros).
Lo que más me ha gustado a sido la relación de Renèe y el Sr. Ozu. Como muestra un botón:

-No me han reconocido -comento.
Me detengo en mitad de la acera, del todo sobrecogida.
-No me han reconocido -repito.
Él se detiene a su vez; mi mano no se ha movido de su brazo.
-Es porque no la han visto nunca -me dice-. Yo la reconocería en cualquier circunstancia.

Hablábamos el otro día, en la tertulia de La soledad era esto, de artificio: ¿Que es, sino, todo lo que rodea al cuento de hadas?

No dejan de sorprender las reseñas periodísticas de la contraportada:
“Una obra maestra” (Lire). El paso del tiempo nos dirá si es verdad.
“Una oda a la belleza” (El País) ¿?
“Conmueve desde la crudeza y resulta deliciosa (Que leer). Me conmovió, es cierto, pero solo en contadas ocasiones.
“Un cuento refrescante” (Le Figaro). Si te saltas las elucubraciones filosóficas y la parte de Paloma, sin duda lo es.
“Tiene un humor devastador” (Le Nouvel Observateur). Tiene humor, es cierto, pero ¿devastador?

La autora se redime, para mi, cuando escribe: “Blade runner, obra maestra de la distracción de primera categoría”

MURIEL BARBERY

Marruecos (Casablanca, 1969)

Profesora de Filosofía y escritora francesa, ha impartido clases de Filosofía en la Universidad de Borgoña y consiguió lanzar su carrera literaria en 2008 con su segundo libro, La elegancia del erizo. Este libro se convirtió en un auténtico best-seller en Francia, con más de 50 ediciones y 250.000 libros vendidos. Ha sido traducido a varios idiomas y hasta se ha producido una adaptación al cine que todavía no ha sido estrenada.

(Más información: Wikipedia, Página personal1??, Página personal2??)

jueves, 28 de octubre de 2010

EL ASEDIO de Arturo Pérez-Reverte

Edicion, 2010
Editorial: Círculo de Lectores
Páginas: 709

Esta novela de Arturo Pérez-Reverte se publicó en 2010.

Cádiz, 1811. España lucha por su independencia mientras América lo hace por la suya. En las calles de la ciudad más liberal de Europa se libran batallas de otra índole. Mujeres jóvenes aparecen desolladas a latigazos. En cada lugar, antes del hallazgo del cadáver, ha caído una bomba francesa. Eso traza sobre la ciudad un mapa superpuesto y siniestro: un complejo tablero de ajedrez donde la mano de un jugador oculto —un asesino despiadado, el azar, las curvas de artillería, la dirección de los vientos, el cálculo de probabilidades— mueve piezas que deciden el destino de los protagonistas: un policía corrupto y brutal, la heredera de una importante casa comercial gaditana, un capitán corsario de pocos escrúpulos, un taxidermista misántropo y espía, un enternecedor guerrillero de las salinas y un excéntrico artillero a quien las guerras importan menos que resolver el problema técnico del corto alcance de sus obuses.

El asedio narra el pulso asombroso de un mundo que pudo ser y no fue. El fin de una época y unos personajes condenados por la Historia, sentenciados a un vida que, como la ciudad que los alberga —una Cádiz equívoca, enigmática, sólo en apariencia luminosa y blanca—, nunca volverá a ser la misma.

Para ver planos y alguna cosa más, en iCorso.

LEIDO por.... Andrés:

Habiéndome gustado los otros libros leídos de Arturo Pérez-Reverte, especialmente El pintor de batallas, me pareció que éste podría ser un buen regalo, y por eso me animé a comprarlo y a leerlo.

Nos cuenta Pérez-Reverte tres historias en el marco de la Guerra de la Independencia:
  • Los problemas de la guerra, centrados en un artillero francés, el salinero Mojarra y un espía español
  • Los terribles asesinatos de jóvenes, que el comisario Tizón intenta resolver, y
  • La vida social, marina y comercial del Cádiz sitiado, con Lolita Palma y Pepe Lobo, como personajes más importantes.
historias que apenas se entrelazan, pero que nos presentan las caras de una misma situación: Cadiz sitiado por los franceses en 1811

Cuando Pérez-Reverte, al grito de :”¡Amolla escota de mayor!... ¡Larga!, navega a toda vela, con su vocabulario experto y preciso, me marea: “ los hombres corren a largar las candalizas de la vela mayor, que se extiende con un sonoro batir de lona libre mientras, a proa, el foque grande y la trinqueta suben por los estays con las escotas sueltas, dando zapatazos

El relato resulta confuso a veces por desconocer una geografía del lugar donde se desarrolla la acción y que parece ser necesaria por la forma detallada en que esta descrita la historia.

El personaje central es el comisario Tizón, aprovechado, corrupto y torturador, que trata de resolver los asesinatos que a lo largo de la novela se suceden y que son el hilo conductor de esta. Y es quizá, a mi entender, en ésta trama donde más floja resulta la novela, ya que no resulta clara ni la razón de que el asesino se empeñe en cometer estos, ni los razonamientos del comisario que le llevan a la forma en que intenta resolverlos, ni la forma en que éstos razonamientos están expuestos (los diálogos entre el comisario y el profesor Barrull resultan, a veces, confusos y un poco pesados)

Así mismo, la figura femenina central, Lolita Palma, tiene una conducta al final que me ha resultado sorprendente y poco comprensible.

Es en el relato de las escenas de acción, salvo las marinas por lo ya apuntado, cuando me resulta más convincente. El robo de la cañonera francesa está en línea con la mejor literatura de aventuras del autor.

Se lee bien, pero te deja un poco frío. Me quedo con el pintor.

Mi cachico:

—La gente está lista, capitán.
Olor a humo de tabaco, pronto desvanecido en el viento. La silueta delgada y oscura de Ricardo Maraña se destaca en el coronamiento, con la brasa de un cigarro a la altura del rostro. La cubierta empieza a animarse entre sonido de pies descalzos, voces de hombres, crujidos y chirriar de motones y cuadernales.
—Pues disponga maniobra. Nos vamos.
—A la orden.
Se aviva la brasa del cigarro mientras el primer oficial da media vuelta.
—Ricardo... Eh... Piloto.
Un silencio breve. Desconcertado, tal vez. El teniente se ha detenido.
—Dígame.
Su voz delata asombro. Del mismo modo que jamás se tutean ante la tripulación, nunca, ni siquiera en tierra, Pepe Lobo lo había llamado antes por su nombre de pila.
—Va a ser un viaje corto y duro... Mucho.
Otro silencio. Al fin suena la risa del teniente en la oscuridad, hasta interrumpirse en un golpe de tos. El cigarro describe un arco rojizo sobre la borda y se extingue al caer al mar.
—Métanos en Rota, capitán. Después, que el diablo reconozca a los suyos

ARTURO PÉREZ-REVERTE

España (Cartagena, 1951)

Como periodista, Reverte inició su carrera en el diario Pueblo, en el que permaneció durante doce años hasta que entró a formar parte de los servicios informativos de RTVE. Fue allí donde comenzó su labor como corresponsal de guerra, cubriendo durante más de diez años los peores conflictos armados en el mundo. Sus experiencias en lugares como Eritrea, Chipre, Chad, Líbano o, sobre todo, en la Antigua Yugoslavia -cuya cobertura informativa le valió el Premio Príncipe de Asturias de Periodismo-, le valieron para escribir su libro Territorio Comanche.

En 1986, publicó su primera novela, El maestro de esgrima, en la que se podía apreciar alguna de sus posteriores constantes: la pasión por la historia de España y por el clásico folletín de aventuras.

Con La tabla de Flandes, El Club Dumas y La sombra del águila, sus posteriores novelas, Reverte consiguió situarse en lo más alto de las listas de ventas. De ese modo, en 1994, coincidiendo con la publicación de Territorio Comanche, decidió dejar su puesto en RTVE para dedicarse en exclusiva a la literatura, manteniendo, eso sí, una columna de opinión en El Semanal.

Sin duda, la aparición de sus novelas protagonizadas por el Capitán Alatriste le supuso un nuevo éxito a nivel popular que además se vio refrendado por un reconocimiento desde el mundo literario que le valió ocupar el sillón de la T en la Real Academia de la Lengua Española.

Varias de sus novelas han sido adaptadas al cine, como Territorio Comanche, El maestro de esgrima, La tabla de Flandes, El Club Dumas (como La novena puerta) o Alatriste; en estos momentos se está negociando la adaptación a serie de televisión y a largometraje de La reina del Sur.

Pérez Reverte ha recibido diversos premios y galardones como el Goya al mejor guión adaptado, el Jean Monnet o la Orden de Caballero de las Artes y las Letras que otorga el gobierno francés, entre otros.

Sus últimas novelas, como Un día de cólera y El Asedio, se han centrado en la invasión de España por parte de las tropas napoleónicas y la Guerra de Independencia Española.

El pequeño hoplita, publicado en 2010, fue su primera incursión en el mundo de la literatura infantil.

(Más información: Wikipedia, Web oficial, iCorso, Editorial Alfaguara)

jueves, 21 de octubre de 2010

EL EMBRUJO DE SHANGHAI de Juan Marsé

7ª Edicion, 2007
Editorial: DeBolsillo
Páginas: 246

Esta novela de Juan Marśe fue publicada en 1999, obteniendo ese año el Premio de la Crítica y ahora adaptada al cine por Fernando Trueba, es una estremecedora fábula sobre los sueños y las derrotas de niños y adultos, asfixiados todos por el aire gris de un presente desahuciado. En la Barcelona de la posguerra -ese espacio ya mítico donde transcurren todas las novelas de Marsé-, el capitán Blay, con su cabeza vendada y sus suspicacias sobre los escapes de gas que están a punto de hacer volar toda la ciudad, se pasea por el barrio sacudido aún por los estertores de la guerra perdida y acompañado por los espectros gimientes de sus hijos muertos. El pequeño Daniel le escolta a través de aquellas calles póstumas, en las que conocerá a los hermanos Chacón, quienes custodian la verja de entrada de la casa en la que convalece Susana, una niña enferma de los pulmones, hija de la señora Anita, bella y ajada taquillera de cine, casada con Kim, un revolucionario, huido del país y nimbado por el fulgor mítico de los furtivos. Pronto llegará a la casa un amigo y compañero de viaje de éste, que narrará a los niños la arriesgada aventura que el padre de la niña emprendió en Shanghai, enfrentado a nazis sanguinarios, pistoleros sin piedad y mujeres fatales que le salen al paso en los más sórdidos cabarets de la ciudad prohibida. Dueño más que nunca de una extraordinaria fuerza evocadora y de un estilo deslumbrante, pero engastado en una prosa transparente y a un tiempo hipnótica, Juan Marsé construye aquí lo que es sin duda una de las obras maestras de las narrativas europeas de finales del siglo XX.


LEIDO por.... Andrés:

Antes de salir de viaje de vuelta a casa, tenía que decidir que libro me llevaba para el viaje y elegí este.

Novela llena de personajes entrañables:
  • Daniel, narrador de la historia, protagonista invitado, que dibuja y borra como Penélope para permanecer en la historia y lazarillo del capitan Blay: “Así, con el tiempo y casi sin darme cuenta, el escenario vital de mi infancia se me fue convirtiendo poco a poco en un paisaje moral, y así ha quedado grabado para siempre en mi memoria
  • Susana, que llevaba año y medio en cama enferma de tuberculosis, envuelta en un permanente aroma a eucalipto. Tenía quince años y “una disposición natural a la ensoñación, a convocar lo deseable y lo hermoso y lo conveniente”. Era hija de Kim y Anita.
  • Capitan Blay, surgido de un armario, literalmente, no con el sentido que actualmente se le da a esta acción, que “cuando por fin se decidió a salir a la calle había perdido treinta kilos de peso, una guerra y dos hijos, el respeto de su mujer y, según todas las apariencias, buena parte del poco seso que siempre tuvo” y lo hizo “ camuflado bajo un aparatoso disfraz de «peatón atropellado por un tranvía»”, pero que era tomado como Hombre Invisible, experto en deambular impulsado por “su doble obsesión: la chimenea de la fábrica y la peste del gas”. Su recogida de firmas, escasas firmas, marca su larga peregrinación que durará casi todo el libro.
  • El excéntrico señor Sucre, que “tenía que echarse a la calle en busca de su propio yo extraviado”: “Somos un desecho cósmico, querido amigo. A mí, lo único que ahora me preocupa es recordar con todo detalle lo que hice mañana y olvidar para siempre lo que haré ayer
  • Nandu Forcat, con sus manos milagrosas, cuentista inagotable, lleno de sorpresas y que aparece y desaparece sin motivo aparente: “con su mirada estrábica, aquel ojo siempre fijo en algo que parecía hallarse a nuestra espalda
  • Los hermanos Chacón, pícaros de la mejor literatura clásica, con sus espasmos y espumarajos verdes saliendo por la boca.
  • El fantasmal Kim Franch, éste si invisible, que nunca llega “desde el otro lado de la noche y del miedo
  • Anita, guapa y rubia taquillera del cine Mundial, víctima de rumores sobre sus devaneos amorosos.
  • y muchos otros que habitan en esta magnífica novela.
Cuando parece que estemos ante una historia de aventuras, contada dentro de otra historia, el autor nos sorprende con un desenlace más propio de novela negra.

Palabras reencontradas : grillado, mameluco

Resultó perfecta la elección. Me hizo disfrutar durante todo el viaje, casi olvidarme de mi nieto y lo acabé pasado Lérida.


Cuando llegué a casa comprobé que ya lo había leido en 1997. Ventajas de no tener disco duro, ni sospeché que lo había leído antes y lo disfruté como un neófito.


Mi cachico:

Echó la cabeza atrás y me ordenó pegar la oreja a la altura de su esternón. Lo que hice con toda clase de prevenciones. Contuve la respiración. Entonces ella cogió mi cabeza con ambas manos, la bajó un poco y, moviéndola suavemente en sentido rotativo, con una parsimonia no exenta de energía, la restregó sobre su pecho izquierdo.

—¿Lo oyes? —me preguntó, y yo no pude evitar un resoplido—. ¿Qué te pasa, atontado, vas a estornudar...?

—Pues no sé, me parece oír algo ahí dentro, pero no sé...

—¿Sí o no? Pon la cabeza bien, así... Dicen que es como un zumbido en una caverna. ¿Lo oyes...?

—¿Como un zumbido?

Ahora podía oír su corazón. Y el mío. Insistí:

—¿Has dicho como un zumbido...?

—Sí, eso he dicho, ¿estás sordo, niño?

—Bueno, pues lo que oigo ahora... no es como un zumbido. A ver, espera un momento...

—Pues yo te digo que es como un zumbido. Para bien la oreja, bobo. ¿Lo tienes o no? —Movió suavemente mi atolondrada cabeza con sus manos, centrando la mejilla sobre el pecho que ardía como el hielo—. ¿Qué te pasa, tienes tapones en los oídos o estás como una tapia?

Una oleada de calor me subió a la cara y un desasosiego creciente se apoderó de mí, como si a través del pecho erguido de Susana el carcomido pulmón me transmitiera su fiebre maligna y su encono. Sentí en la mejilla la suave firmeza del pecho y el rebrinco del pezón, y cerré los ojos; pero ella no parecía estar en eso, no esquivó el contacto ni apartó mi cabeza, y su voz era fría y desdeñosa:

—¿Oyes algo o no, niño? Venga, espabila. ¿Y por aquí...? —Sus manos volvieron a desplazar mi cabeza, y el pezón cada vez más duro y firme seguía rebrincando bajo la fina tela del camisón—. ¿Lo oyes ahora? ¿Y aquí...?

—Algo, pero... con claridad, no. Todavía no. Solté otro resoplido y ella dijo:

—¿Qué haces, te estás durmiendo o qué? —Cogió mi mano y la llevó a su frente—. ¿Notas la fiebre? Siempre esta mierda de decimitas... Bueno, qué, ¿no oyes nada?

—Sí, ahora creo que sí. Espera...

—¡Anda ya, listo, vete a hacer gárgaras!

Bruscamente apartó mi cabeza y al verme colorado, supongo, al detectar en mis ojos la excitación, se echó a reír, recuperó su gato de felpa, me dio la espalda y encendió la radio de la mesilla de noche.