sábado, 20 de noviembre de 2010

LA HISTORIA DE EDGAR SAWTELLE de David Wroblewski

Traducción: Claudia Conde
Edicion, 2010
Editorial: Planeta
Páginas: 576

Esta novela de David Wroblewski fue publicada en 2008

Edgar Sawtelle es un niño mudo que desde muy pequeño se comunica solo en lengua de signos. Lleva una vida apacible y feliz junto a sus padres y su perra Almondine, su inseparable amiga y aliada, en su granja en Wisconsin.

Desde generaciones, los Sawtelle han criado y entrenado una raza ficticia de perros, conocidos como perros Sawtelle, con unos valores y características que los hacen unos animales nobles y inteligentes, los mejor amigos que un hombre pueda desear.

Pero el inesperado retorno de Claude, el hermano del padre de Edgar, a la granja después de muchos años, romperá la tranquila y feliz vida de esta familia y cambiará su destino, de forma irreversible, para siempre.

LEIDO por.... Andrés:

En un artículo de Maruja Torres leí que se trataba de “un libro gordo y apasionante” y algo que verdaderamente fue lo que me hizo gracia y me decidió a leer este libro: “En Estados Unidos ha arrasado durante meses, pero ello no debería constituir un inconveniente”.

Al leerlo ni me ha parecido tan gordo, porque se lee muy bien y te mantiene atado a su lectura, ni siempre tan apasionante, porque hay cosas que no he entendido demasiado bien, dejándome la sensación de que no están suficientemente explicadas algunas cosas. ¿Que pinta el perro Hachiko? ¿Cual es el papel de Forte en el libro? ¿Y su foto con Claude? Uno espera que Forte aparezca al final de la historia para dar significado a todas sus apariciones.

A mi modesto entender, podía haber llegado mucho más allá, porque la historia está bien diseñada y porque Wrobleswski escribe bien, cuenta bien las cosas, a veces desde el punto de vista de un perro.

A pesar de las pegas expuestas, es un gran libro, recomendable, como dice Maruja Torres, “sobre todo a quienes aman a los animales, y a quienes intentan o consiguen comunicarse con los perros”. También para los que quieran disfrutar con una historia de niño con perros.

Mi cachico:

En toda su vida ella siempre había encontrado lo que le pedían que buscara, y siempre había sido una sola cosa. Ahora él estaba perdido, desaparecido, transportado quizá a otro mundo, alguna tierra desconocida para ella, de la que no podía regresar. El armario estaba desconcertado como ella, y la cama no respondía a sus preguntas. No descartaba que él hubiera aprendido el secreto del vuelo, y sabía que la ventana no era lo bastante pequeña para contenerlo. Allí, durmiendo por la noche en su cama, sería la primera en verlo cuando regresara. Aunque era vieja, aún tenía preguntas que hacerle y cosas que mostrarle. Se preocupaba por él. Necesitaba encontrarlo, igual o cambiado, pero en cualquier caso lo reconocería y sentiría el sabor de la sal en su cuello.

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