martes, 30 de noviembre de 2010

LA NIETA DEL SEÑOR LINH de Philippe Claudel

Traducción: José Antonio Soriano
1ª Edicion: 2006
Editorial: Salamandra
Páginas: 126

Una fría mañana de noviembre, tras un penoso viaje en barco, un anciano desembarca en un país que podría ser Francia, donde no conoce a nadie y cuya lengua ignora. El señor Linh huye de una guerra que ha acabado con su familia y destrozado su aldea. La guerra le ha robado todo menos a su nieta, un bebé llamado Sang Diu, que en su idioma significa «Mañana dulce», una niña tranquila que duerme siempre que el abuelo tararee su nana, la melodía que han cantado durante generaciones las mujeres de la familia. Instalado en un piso de acogida, el señor Linh sólo se preocupa por su nieta, su única razón de existir hasta que conoce al señor Bark, un hombre robusto y afable cuya mujer ha fallecido recientemente. Un afecto espontáneo surge entre estos dos solitarios que hablan distintas lenguas, pero que son capaces de comprenderse en silencio y a través de pequeños gestos. Ambos se encuentran regularmente en un banco del parque hasta que, una mañana, los servicios sociales conducen al señor Linh a un hospicio que no está autorizado a abandonar. El señor Linh consigue, sin embargo, escapar con Sang Diu y adentrarse en la ciudad desconocida, decidido a encontrar a su único amigo. Su coraje y determinación lo conducirán a un inesperado desenlace, profundamente conmovedor.
Tras el enorme éxito de Almas grises, Philippe Claudel ha vuelto a causar un gran impacto con esta exquisita fábula sobre el exilio y la soledad, o lo que es lo mismo, la lucha por preservar la identidad. Su estilo narrativo extremadamente depurado, casi minimalista, marca un punto de inflexión en la trayectoria de Claudel, ganador del Premio Renaudot 2003. La nieta del señor Linh ha sido recibida con entusiasmo en Francia, donde permanece en las listas de los libros más vendidos desde su aparición. Elogiada unánimemente por la crítica y el público, se han vendido más de 200.000 ejemplares y se publicará en once idiomas.

LEIDO por.... Andrés:

Novela con solo dos personajes, el señor Linh y el señor Bark, que nos relata, con una prosa fácil, los días de un anciano emigrante en el caos de una gran ciudad.

La forma en que el narrador nos lleva detrás del señor Linh, “desnuda a la pequeña”, o “el anciano ha salido del comedor y camina con paso vivo”, crea un distanciamiento, o así me lo ha parecido a mi, que nos aleja de sus sufrimientos, enfría la narración emocionalmente y despersonaliza al protagonista. Esta circunstancia hace que durante la lectura de la novela no haya logrado entrar en la historia, a pesar de su, a veces, hermosa prosa, “son frágiles estatuas de rostro triste que tiritan en absoluto silencio”, “sus pupilas son como cuentas de cristal en el centro de charquitos de agua”, y del dramatismo de los hechos narrados. Lástima.

El final, que se supone tiene que ser sorprendente, resulta menos de lo esperado.

Mi cachico:

Un anciano en la popa de un barco. En los brazos sostiene una maleta ligera y a una criatura, todavía más ligera. En anciano se llama Linh. Es el único que lo sabe, porque el resto de las personas que lo sabían están muertas.
De pie en la cubierta, ve alejarse su país, el país de sus antepasados y sus muertos, mientras la criatura duerme en sus brazos. El país se aleja, se hace infinitamente pequeño, y el señor Linh lo ve desaparecer en el horizonte durante horas, pese al viento que sopla y lo zarandea como a una marioneta.”

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