jueves, 10 de febrero de 2011

EL MUNDO ES UN PAÑUELO de David Lodge

Traducción: Esteban Riambau Saurí
2ª Edición, 1989
Editorial: Versal
Páginas: 421

Esta divertida novela de David Lodge fue publicada en 1984.

Un joven profesor universitario se enamora perdídamente de una bella y misteriosa muchacha a la que conoce en un seminario de literatura y se lanza en su persecución por medio mundo. Viaja de un congreso académico a otro, con continuos cambios de continente, y en su periplo en pos de su amada se va topando con una variopinta fauna de intelectuales de postín y prestigiosos académicos, conferenciantes internacionales para los que los aviones se han acabado convirtiendo en su verdadero hogar.

David Lodge retrata el enloquecido mundo de esta errante tribu cultural en el que reinan las envidias, intrigas, zancadillas, bajos instintos, arrebatos de lujuria y mezquindades varias con una jocosa ironía y crea una comedia repleta de situaciones desternillantes, en la que además se permite jugar con guiños tomados de las novelas románticas y del ciclo artúrico y dar un divertido y malévolo repaso a las teorías literarias hoy día en boga.

LEIDO por.... Andrés:

En algún sitio había leído y luego guardado, que era un buen libro de humor. No estaba equivocado.

El título hace mención a la reducida dimensión de ese espacio, todo el mundo civilizado en realidad, donde, de forma programada o casual, todos los personajes de la novela van cruzando sus vidas, en un movimiento sin fin. Aparece en el texto cuando el protagonista se encuentra en Japón: “Desde luego -dice Persse-, el mundo es un pañuelo. ¿No tienen esta locución en Japón?

Mucha literatura, mucho sexo, mucho viaje y, eso si, mucha diversión. Los congresos literarios, las actuales peregrinaciones, como hábitat de los profesores universitarios, “
a veces, cuando dos congresos comparten el mismo alojamiento ocurren confusiones; se sabe de un bibliógrafo especializado en historia de la puntuación que asistió a los primeros minutos de un disertación médica sobre «Diferentes clases de coma», antes de comprender su error.”, y que permite a los protagonistas “disfrutar de todos los placeres y diversiones del viaje, y al mismo tiempo aparentar una austera dedicación al perfeccionamiento personal


Escenas cortas en distintos lugares del mundo se suceden, a caballo de congresos diversos, y se nos presenta la hilarante vida trashumante de nuestros protagonistas, “
puede saltar de uno a otro y aparecer en Amsterdam como un semiólogo, en Zurich como un joyceano y en Viena como un narratólogo”, que gozan con sus colegas, “¿te has vuelto loco? Nadie paga por echar un polvo en un congreso”, luchan por la cátedra de la UNESCO, son víctima de un secuestro con una delirante negociación, se someten a psicoterapia con una máquina inteligente de Turing, pagan su salario del pecado, visitan su circo de tres pistas y sobreviven hasta un final melodramático, digno de Echegaray. Eso si, teniendo en cuenta que “toda descodificación es una codificación”.


Obra coral, trepidante y cosmopolita, impregnada de mucho humor, fino humor muy inglés: “
El libro sobre el cual toma notas en este momento reposa, abierto y cara abajo, osbre la mesa de noche contigua a la cama, junto a su despertador, sus gafas y su dentadura postiza. […] Su dentadura parece amenazar el volumen con una mueca diabólica, como si le prohibiera moverse mientras Rudyart Parkinson descansa”; a veces otro más procaz: “Persse necesitó unos momentos para comprender que lo que estaba mirando era un pene enormemente ampliado entrando y saliendo de una vagina también enormemente ampliada. La sangre se agolpó en su rostro, y también en otra parte de su anatomía”; y con gotas de humor escatológico: “Philip empezó a limpiarse [en el baño]. Cuando las luces se encendieron de nuevo, espontáneamente, descubrió que estaba utilizando la página cinco de su conferencia sobre «El legado de Hazlit»

Tremenda crítica a la enseñanza universitaria: “Pero con el impulso de ese libro bueno de veras uno podía conseguir una beca para escribir un segundo libro en circunstancias más favorables, y con dos libros se obtenía un ascenso, una carga docente más ligera y unos cursos planeados por uno mismo; a partir de entonces, era posible producir cada vea con mayor rapidez, y esta productividad le convertía a uno en candidato para cargos, nuevos ascensos, becas y ayudas más generosas y prestigiosas para la investigación, y con más laxitud en la enseñanza y la administración rutinarias. En teoría, era posible arreglárselas para ser un profesor de pies a cabeza sin hacer nada, excepto mantener una ausencia permanente valiéndose de permisos sabáticos y becas Ésta era otra ley de la vida académica: Es imposible excederse en la adulación de tus pares

De verdad, ¡Tronchante!

Mi cachico:

Todo el mundo académico parece estar de viaje. Hoy en día, la mitad de los pasajeros en los vuelos transatlánticos son profesores universitarios. Su equipaje pesa más que el promedio, sobrecargado como está con libros y papeles, y también es más voluminoso, puesto que sus ropas deben abarcar tanto lo más formal como lo propio de tiempos de ocio, unas ropas para asistir a las conferencias y otras para ir a la playa, o al museo, o al Schloss, o al Duomo, o al Folk Village. Pues éste es el atractivo del circuito de congresos, una manera de convertir el trabajo en juego, de combinar el profesionalismo con el turismo, y todo ello a expensas de otros. ¡Escriba una comunicación y vea mundo! Soy Jane Austen... ¡hágame volar! O Shakespeare, o T. S. Eliot, o Hazlitt. Billetes para el viaje de todos ellos, para viajar en los reactores Jumbo. ¡Uuuuiiiiiiiiii!

Llena el aire la charla de esos eruditos errantes, con sus preguntas, sus quejas, sus recomendaciones y sus anécdotas. ¿Con qué compañía de aviación vuela? ¿Cuántas estrellas tiene el hotel ? ¿Por qué la sala de conferencias no tiene aire acondicionado? No coma ensalada aquí, pues cultivan las lechugas con excrementos humanos. La Laker es barata, pero su terminal en LA es lamentable. La Swissair da una comida excelente. La Cathay Pacific ofrece bebidas gratis en clase económica. En la Pan Am no se respetan los horarios, aunque en esto se lleva la palma la Jugoslavian Airlines (sus siglas JAT significan «¡Jamas aterrizamos a tiempo!»). La Quantas goza de la mejor estadística de seguridad entre las líneas aéreas internacionales, y la Colombia tiene la peor, ya que un vuelo de cada tres no llega a su destino (de acuerdo, hay en ello una cierta exageración). En cada vuelo de la El Al hay tres hombres del servicio secreto con pistolas ocultas en sus carteras; cuando saque algo del bolsillo interior de su chaqueta, hágalo lentamente y sonría. ¿Sabía el del irlandés que trató de secuestrar un avión y dirigirlo a Dublín? Ya iba allí. ¡Uuuuiiiiiiiiii!


Estuve tentado de poner el pasaje de la emergencia en el avión, me partía de risa leyéndolo, pero mejor lo dejo para disfrutarlo al leer el libro.

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