domingo, 19 de junio de 2011

CUERPOS DIVINOS de Guillermo Cabrera Infante

Edición, 2010
Editorial: Galaxia Gutenberg – Círculo de Lectores
Páginas: 555

Esta novela de Guillermo Cabrera Infante se publicó en 2010 y en tal como nos dice el propio autor al inicio de la tercera parte, quiso ser “una novela y sólo fue una biografía velada”

"Eso ocurrió en marzo, ese mes de marzo de 1957 en que tantas cosas,heroicas y miserables, bellas y horripilantes, ocurrieron". El narrador y protagonista de Cuerpos Divinos, que trabaja como crítico de cine en la revista Carteles, nos sumerge en los momentos previos e inmediatamente posteriores a la huida de Batista y la llegada de Castro al poder a través de su propia historia sentimental y de los entresijos políticos de la oposición a Batista. Cuerpos divinos se alza así en una de las crónicas más cáusticas de la llamada revolución cubana y de las crueles traiciones que acarreó y, sobre todo, en el testimonio de la firmeza con que acabó con las ilusiones y esperanzas que los cubanos pusieron en la caída de Batista.

LEIDO por.... Andrés:

Cuando empiezas el libro, después de haber leído hace poco La ninfa inconstante, te da la impresión de que esta novela ya la has leído, “Si alguien siente una sensación de déjà vu, es porque esto lo he contado ya antes” nos dice el autor en otros pasajes. Vuelves a encontrarte a Estela, ahora cambiada de nombre, pero la misma ninfa. Los comienzos son casi iguales, como conoce el narrador a esa linda mujer. Y efectivamente, se trata de la misma mujer, se trata de la misma historia, pero en aquel novelada y en este, según dice, recordada, como corresponde a una biografía. Si la ninfa inconstante primera, se nos muestra en un ambiente mas conciso, más lleno de literatura e imaginación, Elena, la de ahora, nos parece más un personaje real, de vida diaria, pero también extraordinaria gracias a las artes de Cabrera Infante.

Si la comparamos con Una ninfa inconstante, nos encontramos con una narración menos literaria en esta novela, más fresca y que se lee muy fácil. Para mi gusto, mejor.

Al principio las aventuras amorosas, tremendas e increíbles si uno no hace un esfuerzo por imaginarse que en la Cuba en los años 50 del siglo pasado las cosas del sexo debían ser radicalmente distintas a lo que ocurría en España, sin la opresión de la Iglesia Católica que entonces había aquí, tienen una relevancia mayor, para que, según pasan las páginas, la historia, “al otro día la política vino a introducirse en nuestra física”, vaya ganando en peso específico y con ella la novela en interés.

La novela discurre en los últimos años de la dictadura de Batista y los primeros tiempos del triunfo de la revolución, luego conocida como Castrista, pero entonces esto no estaba tan claro, como nos cuentan en la novela. Esta visión de esos años, contada por un testigo de excepción, es un valor añadido, que hace más interesante su lectura. Señalar que la figura de Fidel Castro no queda bien parada: “el amaría al pueblo, como decía, pero odiaba al individuo -y más que odiarlo parecía despreciarlo, colocarlo siempre por debajo de sí mismo

Las aventuras de un dandy casado, a su mujer, “solamente la ayudaba a aumentar su cornamenta”, potente y triunfante casi siempre, y colaborador de la revolución cubana cuando no estaba con alguna mujer. Cuba siempre presente, junto con el cine, el jazz los tragos y, por supuesto las mujeres.

Son muchas las mujeres, divididas en encamables o no, algunas ninfas, que pueblan el libro, destacando Elena, nuestra ninfa inconstante y Ella, llamada así por antonomasia: “en cuanto subí al ómnibus todo cambió: la vi a Ella; entonces ella no era Ella todavía y no lo sería en mucho tiempo”, “Lo que no sabía en ese tiempo es que buscándola, tratando de que fuera mía, fui yo de ella mucho antes”. Cuando siente que ya no le importa se atreve a decir: “Ella había creído que yo estaba allí esperándola, solo, pero no sabía […] que Ella casi no me importaba, que podía escribir ella perfectamente y que no pasara nada

Dice que aprendió leyendo a Corín Tellado la descripción de las mujeres, pero sin duda se refiere cuando la ve tres calles más allá. En la cercanía es bastante más sugerente de lo que debía permitir a Corín Tellado la censura de entonces, que como ella reconoció: “Me enseñaron a insinuar, a sugerir más que a mostrar", límite que, afortunadamente para sus lectores, no ha tenido Cabrera Infante.

Novela llena de personajes históricos, una esponja llamada Hemingway, Lezama Lima, el actor Alec Guinness, el arquitecto Niemeyer, el denostado Fidel Castro, Che Guevara y muchos más personajes de la historia cubana no tan famosos, mostrados desde el punto de vista, siempre irónico e implacable, hasta con el mismo, del autor.

Mi cachico:

Ella viene y se sienta en el sofá. Está claro que es una invitación a que yo me siente a su lado y voy a hacerlo cuando siento el primer rumor: no hay duda, viene de mi interior, me están sonando las tripas, ¿Será el hambre o serán los nervios de encontrarme allí con esa niña de sociedad, ahora tan próxima? No lo sé decir, pero con rumores o sin ellos me levanto y me siento a su lado, comenzamos a besarnos. Ella besa ahora con una pasión que no desmiente su boca de grandes labios: es una criatura apasionada. Yo la abrazo mientras la beso y después le paso una mano por el pecho: no llevaba ajustadores o sostén o soutien-gorge o como se llame y me extraña que no me haya dado cuenta hasta ahora. Comienzo a desabotonarle la blusa y ella sigue besándome apasionada. Pero mis tripas se empeñan en sobrepasar aun los ruidos melodiosos de Billie Holiday y yo las podía oír claramente, mientras besaba la boca de Margarita y luego cuando buscaba su senos pequeños y erectos, mientras ella se debatía debajo de mí, los dos tendidos en el sofá. Yo debía haberla cargado en vilo y llevado hasta su cuarto, pero las tripas insistían y no me dejaban concentrar en la tarea de hacer el amor. Ella debía estarlas oyendo también, por lo que dije:
-Perdóname.
-¿Qué? -preguntó ella.
-Que me perdones por el tripeo.
-¿El qué?
-El rumor de mis tripas, me están sonando y no sé por qué.
Ella dijo:
-No importa -y añadió una frase que nunca olvidaré, más inolvidable que el momento-: No somos cuerpos divinos.
¿De dónde habría sacado ella esta frase memorable? No lo supe nunca, pero fijó el momento para siempre, más que la música de Billie Holiday, más que el sabor de sus senos, más que el rumor de mis tripas, y que sería imposible de olvidar

1 comentario:

  1. Me hubiera gustado que el libro se centrara más en el trasfondo político y menos en las relaciones y escarceos del autor. Aun así, muy buen libro!

    http://sumergidaenlibros.blogspot.com/

    Saludos.

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