miércoles, 19 de enero de 2011

CELDA 211 de Francisco Pérez Gandul

Edicion, 2004
Editorial: Lengua de trapo
Páginas: 221

Esta novela de Francisco Pérez Gandul se publico en el 2004.

La mala suerte lleva a un funcionario de prisiones novato a presentarse en la cárcel de Sevilla el mismo día en que se produce un motín de presos. Enredado en un destino tan caprichoso como trágico, que lo obliga a utilizar al máximo los recursos de su inteligencia, este hombre va descubriendo que no es tímido, que no es débil, que quizá ni siquiera es un hombre bueno, como siempre había creído: es un superviviente nato al borde del abismo.

Escrita con un habilísimo manejo del punto de vista y de la voz narrativa, Celda 211 renueva el tema del hombre que se ve obligado a sobrevivir fuera de su medio poniendo al límite sus capacidades, abordándolo desde el género negro carcelario, desconocido hasta ahora en España. Se convierte, así, en una obra que da a nuestra narrativa exactamente lo que estaba necesitando: un argumento de tremenda contundencia, plagado de giros en la trama, y un personaje camaleónico arrastrado por un destino de intensidad trágica.

«Es la mejor narración carcelaria que se ha escrito en España». Fernando Marías

LEIDO por.... Andrés:

Buscando referencias en la editorial Lengua de trapo sobre el último premio Ojo Crítico de Narrativa de este año, Nada es crucial de Pablo Gutiérrez, encontré la de está novela y como me quedé con las ganas de ver la película, me he animado a leerla.

Se lee enganchado al libro como si Malamadre te tuviera cogido de …. la garganta. Hacía tiempo que no leía una novela con tanta acción y tan absorbente. Gustará a todos los amantes de la novela negra y de acción. Y estoy por apostar que a todo amante de los libros.

Un argumento impecable con acción a raudales, unos personajes bien dibujados, contado desde puntos de vista muy dispares y una buena escritura, son los ingredientes de esta estupenda novela.

No se si la película, buena película según mis noticias, es mejor o pero que el libro, la eterna pregunta, pero creo que voy a verla, aún cuando no es mi costumbre.

Mi cachico:

Fue un tajo limpio. Arrancó debajo del lóbulo de la oreja izquierda y describió una elipsis hasta la base del cuello, por la derecha, allí donde la cadena de oro balizaba la unión con el hombro. Apenas sufrió. Un estertor muy rápido y, ya en el suelo, varios espasmos musculares, evidenciaron que todo había terminado. Apenas sufrió. Costra estaba completamente bañando en sangre. Su rostro era irreconocible y sobre la camisa, háganse a la idea, corría un venero que pronto le alcanzó la cintura para despeñarse después gota a gota hacia el suelo. Permanecía inmóvil, como si fuera un molde listo para ser vaciado en bronce. Tachuela se acercó a él, lo cogió del brazo y le hizo retroceder, y vimos, ¿saben?, cómo se alejaban todos los demás, huyendo de ese charco negruzco que, como queriendo guarecerse bajo sus zapatos, deslizaba hacia ellos su caudal. El cuerpo permanecía inerte, asaeteado por las miradas de todos, purgándose lentamente, hasta que de la descomunal herida solo surgió un hilo, como el agua del grifo cuando se ha cerrado la llave de paso, así.

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