domingo, 17 de abril de 2011

PRIMERA MEMORIA de Ana María Matute

Edición, 2009
Editorial: RBA
Páginas: 214


Novela de Ana María Matute, publicada en 1959 y con la que obtuvo el premio Nadal el mismo año de su publicación.

Con la guerra civil, "lejana y próxima a un tiempo, quizá más temida por invisible", como telón de fondo, Primera memoria narra el paso de la niñez a la adolescencia de Matia y su primo Borja. Los dos viven en casa de su abuela en un mundo insular ingenuo y misterioso a la vez. A través de la visión particularísima de la muchacha -sin madre y con el padre desaparecido- asistimos a su despertar a la adolescencia, cuando, roto el caparazón de la niñez, ciega y asombra, y hasta a veces duele, el fuerte resplandor de la realidad. Una intensa galería de personajes constituye el contrapunto de su vertiginosa sucesión de sensaciones. Y es que, en unos meses, Matia descubrirá muchas cosas sobre "la oscura vida de los personajes mayores". Melancólica elegía de la perversión de la inocencia.

Primera memoria aúna imágenes como espadas y una desgarrada inflexión poética y es junto con Paraiso inhabitado, sin lugar a dudas, una de las mejores novelas de Ana María Matute.


LEIDO por.... Andrés:

Magnífica novela, pura literatura, escrita para deleitar, más allá de la historia que nos cuenta. Novela de iniciación, de paso a la vida de adulto, que me ha recordado a Función en el colegio de Orio Vergani.

El ambiente isleño, muy bien creado por la autora, sometido al mar, rudo, aislado y lejano, casi al resguardo de una guerra que solo a ramalazos se vislumbra y que alberga una sociedad dividida en dos: nosotros y ellos, tanto en la sociedad de los adultos como entre los jóvenes de la isla y donde se posicionan los distintos personajes, unos más claramente que otros,

Personajes de una pieza:
  1. Matia, la narradora, con su inseparable muñeco negro Gorogó, huérfana de madre y casi de padre, “hombre sin principios” en boca de su abuela (“el recuerdo […] sólo llegaba, acaso, en el eco de su voz”), nos relata su vida en casa de su abuela, en una isla sin definir. Asistimos al abandono de su vida de niña y al descubrir de los secretos de los adultos
  2. Su primo Borja: ladrón, “guapo y suave”, redomado pillo, parecía una mujerzuela, gran farsante, con su soberbio y duro corazón, un pequeño Pilatos, manipulador , malvado.
  3. Su abuela, doña Práxedes: Cacique, con vista porcina, “la bestia”, “pesada como un rinoceronte”, “mole redonda y negra”, Machista (la belleza “es lo único que sirve a una mujer, sí no tiene dinero”), “redondos ojos de lechuza
  4. Lauro, el chino, preceptor de los chicos y blanco de sus burlas.
  5. Tía Emilia: “No era bonita pero si muy suave, y solía estar distraída o ensimismada, como si siempre se preguntase alguna cosa que la mantenía en su continuo asombro”, casada con un coronel que “«puede mandar fusilar a quien le parezca»”, “es como un fantasma” que bebe coñac y guarda un secreto.
  6. El tío Jorge, una figura que pulula de manera etérea desde el principio de la novela y que va tomando cuerpo según avanza ésta, hasta tomar importancia en su desenlace. “«Ese hombre, ese viento, loco y salvaje»”, vive fuera del mundo de la abuela y casi del de la isla
  7. Manuel, 16 años, de una familia chueta, contrapunto a todo el mundo de su abuela, representa todo lo contrario: “La puerta del huerto, quemada por la sal y el viento, estaba siempre abierta (al contrario que en nuestra casa, donde todo permanecía obstinadamente cerrado, como oculto, como guardando celosamente la sombra). En cambio, en la casa de Manuel el sol entraba por todos los agujeros, de un modo insólito, casi angustioso”. Y quizá por esto son perseguidos por el mundo de la abuela, su padre asesinado, su pozo con un perro muerto. Es uno de “ellos” y con el que se identifica la protagonista: Matia resulta impresionada cuando conoce a Manuel: “En aquella siesta de la tierra, en el momento en que un perro muerto infectaba el agua de un pozo, era yo, solamente yo, sin comprender cómo, en un deslumbramiento desconocido (sólo posible a los indefensos catorce años)
El odio entre ellos y nosotros está siempre presente “alimentaba como una gran raíz el vivir del pueblo”, y “estallaba en medio del silencio, como el sol, como un ojo congestionado y sangriento a través de la bruma

En esta novela de Matute se aprecia el uso intensivo del paréntesis, que también utiliza en Los hijos muertos (publicada el año anterior), pero que casi desaparece en sus últimas obras, Olvidado rey Gudú por ejemplo.

Señalar la relevancia que el sol ocupa en el relato. El sol, en mil formas, siempre presente, gris, rabioso, feroz y maligno, furioso, rojo, verde, rubí, hiriente, alto, redondo, maduro, pleno, cálido, tardio, frío, pálido y resplandeciente

Los judíos han formado parte de la historia de Mallorca y aquí ocupan un lugar importante, “desde la plazuela donde quemaban a los judíos ” , “«Era de ver cómo prendían en el juego sus carnes, cómo las llamas lamían sus entrañas; cómo se rasgaba su vientre en dos, de arriba abajo, con un brillo demoníaco, y...», decía el libro que Borja encontró en la habitación del abuelo. Explicaba cómo ardían vivos los judíos. Aquella era la misma plaza donde ocurrieron, siglos atrás, aquellas escenas. ” Hogueras que los chicos repetían en sus riñas, sin saberlo.
LOS CHUETAS: Conforman un grupo social de la isla de Mallorca, descendientes de una parte de los judíos mallorquines conversos al cristianismo y de los cuales, a lo largo de la historia, se ha conservado conciencia colectiva de su origen, por ser portadores de alguno de los apellidos, de linaje converso, afectado por las condenas inquisitoriales por cripto-judaísmo en el último cuarto del siglo XVII, o por estar estrechamente emparentados con ellos. Históricamente han sido estigmatizados y segregados, por lo cual, y hasta la primera mitad del siglo XX, han practicado una estricta endogamia. Hoy en día, entre 18.000 y 20.000 personas en la isla son portadoras de alguno de estos apellidos.

Finalizado el periodo republicano, muchos fueron víctimas de la represión franquista, pero también otros muchos dieron apoyo a la rebelión militar; aunque parece que al principio de la Guerra Civil y más tarde hacia los años 40, a instancia de la Falange y del gobierno de la Alemania nazi, se hicieron listas y encuestas para un eventual control de los chuetas a los cuales se consideraba vinculados a los judíos europeos y para preparar su eventual deportación a campos de exterminio. Se atribuye al Obispo Miralles la encomienda de un informe que incrementó en gran manera el número de afectados hasta una cantidad inasumible, con el fin de evitar las actuaciones
Los apellidos considerados chuetas son: Aguiló, Bonnín, Cortès, Fortesa/Forteza, Fuster, Martí, Miró, Picó, Pinya/Piña, Pomar, Segura, Tarongí, Valentí, Valleriola y Valls.

Algunas palabras o expresiones que me han gustado, han sido:
preguntó, como un mordisco
“su oreja, como un caracol de cera
con el aire que empujaba la melena de las hogueras
veía su oreja ambarina cubierta por una suave pelusa, como una caracola a la que sentía el deseo de acercar mi propia oreja, para oír su mar
Era un dolor sin gastar
En el enorme paladar de Santa María había algo como un solemne batir de alas

Palabras recuperadas:
son las nueve dadas
No me gustan las contemplaciones

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