sábado, 9 de octubre de 2010

BLANCO NOCTURNO de Ricardo Piglia

Edicion, 2010
Editorial: Anagrama
Páginas: 299

Esta novela de Ricardo Piglia ha sido publicada en septiembre del 2010.

Tony Durán, nacido en Puerto Rico, educado como un norteamericano en Nueva Jersey, fue asesinado a comienzos de los años setenta en un pueblo de la provincia de Buenos Aires. Había llegado siguiendo a las bellas hermanas Belladona, las gemelas Ada y Sofía. Las conoció en Atlantic City, y urdieron un feliz trío hasta que una de ellas, Sofía, desertó del juego. Y Tony Durán continuó con Ada, y la siguió a la Argentina, donde encontró su muerte. A partir del crimen, esta novela policíaca muta y se transforma en un relato que se anuda en arqueologías familiares, que combina la veloz novela de género y la espléndida construcción literaria. El centro luminoso del libro es Luca Belladona, constructor de una fábrica fantasmal que persigue con obstinación un proyecto demencial. La aparición de Emilio Renzi, el tradicional personaje de Piglia, le da a la historia una conclusión irónica y conmovedora. Ricardo Piglia se confirma, incontestablemente, como uno de los escritores mayores en lengua española de nuestro tiempo.

"Tengo para mí que Ricardo Piglia es uno de los más exigentes novelistas de la literatura en lengua española. Experto en lunfardos y tangos, sólo apabulla como escritor porque lo ha leído todo" (J.J. Armas Marcelo, ABC)

"Brilla en todo momento un excelente escritor, forjado en menesteres muy distintos y que no confunde la obra novelesca, como ocurre con harta frecuencia, con el mero relato superficial y encadenado de unos cuantos hechos" (Ricardo Senabre, El Mundo)

LEIDO por.... Andrés:

Cuando iba a tomar el avión para Munich, descubrí que no tenía libro para leer en el viaje, un problema de logística nada más, y aprovechando un retraso en el vuelo fuí a buscar alguno. Dudé entre tres:
  • La hija del supulturero, de Joyce Carol Oates, autora que me ronda,
  • La luz es más antigua que el amor, la última novela de nuestro conocido Ricardo Menéndez Salmón, y
  • Blanco nocturno, de Ricardo Piglia (difícil de pronunciar el condenado apellido) del que quería leer algo, pues todas las referencias me lo ensalzaban.
Elegí esta por no haber leido nada de Piglia y por ser argentino, y por lo tanto no traducido.

Curiosa novela policiaca ésta, donde existe un crimen ya desde el principio y enseguida sabemos que Tony, “un yanqui que no parecía yanqui pero era un yanqui”, cuya “figura alcanzó una altura legendaria mucho antes del momento de su muerte” y al que “lo perdió el azar”, ha sido asesinado.

De la mano de la investigación del curioso y acertado comisario Croce, “alto, de edad indefinida y cara colorada, de bigote gris y pelo gris”, iniciamos la andadura por un pueblo del sur de la provincia de Buenos Aires, a 340 Kms de la capital, para ir conociendo todos los antecedentes de este crimen, que la mayoría cree pasional, pero no nuestro agudo comisario. Pero poco a poco, con una excelente narración, el centro de nuestra atención pasa de la victima al entorno social del pueblo, concretamente a la familia Belladona, al padre y sus dos parejas de hijos.

Resulta asombroso como vamos perdiendo interés en la trama policial para centrarnos en las luchas en torno a la fábrica de Luca, uno de los hijos, verdadero eje sobre el que gira la novela.

Me encuentro una palabra ya olvidada, mandria (DRAE: Se aplica a la persona apocada o cobarde), que cuando era joven lo utilizábamos como sinónimo de lerdo, y una nueva definición del repetidor compulsivo, “estudiante crónico”.

El sentido del título lo encontramos en una de las nota al pié, que a manera de añadidos académicos, salpican las páginas: “Diez años después de los hechos registrados en esta crónica, en las vísperas de la guerra de las Malvinas, Renzi leyo en The Guardian que los soldados ingleses estaban provistos de anteojos infrarrojos que les permitían ver en la oscuridad y disparar sobre un blanco nocturno y se dio cuenta de que la guerra estaba perdida antes de empezar

Habrá que volver a leer a Piglia.

Mi cachico:

-Me parece que Cueto siempre está diciendo que las cosas que parecen diferentes en realidad son lo mismo, en tanto que a mí me interesa mostrar que las cosas que parecen lo mismo son en realidad diferentes. Les enseñaré a distinguir. ¿Ve? -dijo-. Éste es un pato, pero si lo mira así, es un conejo. -Dibujó la silueta del pato-conejo-. Qué quiere decir ver algo tal cual es: no es fácil. -Miró el dibujo que había hecho en el mantel-. Un conejo y un pato. Todo es según lo que sabemos antes de ver. -Renzi no entendía hacia dónde apuntaba el comisario-. Vemos las cosas según como las interpretamos. Lo llamamos previsión: saber de antemano, estar prevenidos.

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